Dulce música interior.

Tu piel dorada se mezcla con el polen que el viento esparce por todos lados. Las ABEJAS enloquecen, se despeinan contra las hojas al rozar sus bordes en vuelos rapaces mientras buscan sólo respirar el dulce vapor que tus gotas de transpiración dejan al perderse tras el Sol.
Nace un nuevo día y vos y yo estamos sentados a los pies de un árbol triste que teme ser talado, que teme ser olvidado, que no quiere ser tallado, un árbol que sufre enterrado en el anhelo de los amores que han nacido y muerto sobre sus ancianas raíces.
Muere un nuevo día y yo sólo sé que la música me lleva y me trae, de aquí para allá, como si pudiéramos comunicarnos, es música que nadie escucha tan sólo por intentar oírla, es música de musas y ausencias, de batallas y arrepentimientos vacíos de cotillón, es la música que te trae a mí, que nos lleva a la copa del pino más alto de tu nirvana.
Se abre una nueva flor, se despereza lentamente, bella y tierna. Uno a uno sus pétalos de paz muestra, abarcando completamente el lugar, embarcándonos a vos y a mí en un crucero metafórico al lugar que planeábamos crear mientras jugábamos a que nadie nos podía separar.
Una joven ABEJA aprende a volar tras tanto observar a sus pares transitando el cielo gris que despejándose poco a poco deja que el Sol ilumine con su calor. Se lanza sin temor, sin pensar en lo que ha perdido, olvidado  o imaginado, siente en el zumbido de su aleteo la zamba de los que envidian su vuelo de libertad, vuelo catártico.
Yo, en la orilla de una nube pálida canto un tango que le canta a la vid, a las penas y el color, canto por mi pasado, con mi pasado como pentagrama; canto por mis magas, con su magia como bandoneón; canto para que el cielo gris se aparte, es que si lo gris se hace a un lado, el Sol escucha mi cantar y brilla un poco más, y si el Sol encandila las mañanas los días nacen mejor, los árboles no temen florecer, las flores resplandecer y las ABEJAS, como yo, así podrán disfrutar un poco más de la dulzura de tu piel.


Ay Flopa... Esta vez me lo pusiste complicado "Abeja" no era algo que podía llegar a elegir como palabra clave, pero bueno, esto salió.

Espero guste, puesto que la pauta era bastante difícil.

Gracias a todos los que estuvieron preocupándose por mí en estos días de mal pasar en materia de salud, gracias por el apoyo de siempre, por las palabras de aguante, por dejarme llorar en sus brazos, por decirme Tigre y aún más, por hacerme sentir un poco más Tigre cada día.

Los amo!

Nos volvemos a leer en algunos días!!

Para ustedes, por ustedes, con ustedes, Will.-

Lados Opuestos - Final .


Antes que nada... No lean este texto si no leyeron las dos partes anteriores, o sí, pero no creo que le encuentren mucho atractivo.

Señoras, señores... El final.-

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-Mentiras.- Me confesó mientras narraba la historia, no tenía idea de qué hacer, pero siempre es bueno tener en qué creer, ¿No?- Me miró sonriendo y continuó con su relato.

Los golpes se oían más y más cerca, más y más fuerte.

-Voy a necesitar que confíes en mí.- Pidió con tono de súplica.

-¿Hay otra opción?- Replicó nerviosa Alma

-Claro que la hay, podríamos esperar quizás 20 horas hasta que estemos seguros de que el “peligro” pasó, o cuarenta y ocho horas hasta que alguien venga a la iglesia, no sería ningún problema.- Se puso cómodo entre algunos libros y sonrío sabiendo que ella no lo miraba.

Un suspiro de ofuscación se oyó y ella preguntó.

-¿Qué es lo que tengo que hacer?- Sonando resignada.

-Cuando yo salga por esa puerta vas a trabarla y vas a esconderte lo mejor que puedas.- Conozco su tono de voz cuando habla con determinación, suena tan seguro que incluso da un poco de miedo.

-¡¿Qué?!¿Est… Estás loco?¿ Salir?- Dijo desesperadamente evitando gritar, con los dientes apretados.

Intentó decir algo más, pero Will ya estaba listo para salir, cerró los ojos y tomando una gran bocanada de aire dijo:

-Pase lo que pase… Un escalofrío lo interrumpió. -… Esa puerta queda trabada, es la parte en la que necesito que confíes en mí, no es una opción, no voy a tardar demasiado en volver, pero necesito que no salgas, que no muevas esa puerta.

Lara se movió lentamente asintiendo como en contra de su voluntad, pero aceptando el esfuerzo de mi amigo por sacarla a salvo de ese lugar.
Se miraron varios segundos hasta que Will acarició muy suavemente el rostro de quien permanecía inmóvil, colmada de terror, pero que al contacto con aquel contacto cerraba sus ojos e inclinaba la cabeza para reposarla en su mano, tan lento como la acercó la alejó, él es levantaba ya dispuesto a salir, quitó la traba, se inclinó un poco para poder pasar por ella y respirando mucho más hondo que antes salió cerrando silenciosamente, sin mirar atrás, sin dejar que la duda lo dejara clavado en el lugar, sin pensar demasiado.

La leyenda urbana dice que a esa iglesia no va nadie, sino que es el mismo edificio quien tiene sus propios habitantes, que por las noches hacen travesuras en el lugar y antes de que la noche muera desaparecen sin dejar rastro, estoy seguro de que fue eso lo que lo impulsó a tomar la decisión de hacer lo que hizo, la curiosidad una vez más lo venció y fue más fuerte que la misma razón, que sus nervios, sabía que no iba a tener otra oportunidad semejante, tenía que aprovecharla.

Y según tengo entendido salió por aquella puerta sin dar un paso de temor, el aplomo con que abordó la situación espesó el aire, lo volvió palpable y Alma no tuvo más que verlo irse, dejando la habitación. Muda, esperando para trabar sin quejas, sin preguntas.
 
Así esta suerte de relato entra en su última etapa, y mi favorita. No hubo ruidos, gritos, ni golpes, no hubo más que silencio en aquella iglesia, un silencio divino, pero aterrador, desesperante, silencio.

Supe que Will, con toda su sencillez se apareció sin decir palabra desde detrás del manto rojo sangre que cortinaba la pared más alejada de la entrada con un abrecartas de plata ligeramente apoyado en su muñeca izquierda y dijo con tono ansioso, enfermizo.

-Voy a suicidarme, y ustedes no van a poder impedirlo, y si lo intentan entonces mi sangre va a manchar sus ropas y serán cómplices de mi muerte.- Cerró la frase con una carcajada que acompañaba perfectamente su rostro descolocado.

Aparentemente, la gente que atónita lo observaba no dudó y prefirió cargar con la culpa de dejar a un hombre morir solo, quitándose la vida a cargar con las posibles acusaciones generadas por el hecho de haber estado ahí durante el suicidio. ¿La gente? ¿Los ruidos? Ni una secta budú, ni adolescentes ebrios, ni fantasmagóricas apariciones, miembros de la iglesia misma, fumando marihuana, rompiendo cosas, alborotando el lugar, incluso había un fuego encendido a un lado, avivado con un atril y un banco destrozado, algo que podría haber terminado en un grave incendio. Que fueran miembros de la misma parroquia fue lo que generó que no pudieran capturarlos, al amanecer todos desaparecían, no por cansancio, no por aburrimiento, sino porque ellos mismos eran sus buscadores, conocían los momentos exactos en los que iban a ser emboscados.

Will cumplió su promesa y volvió por Alma, quien más pálida que nunca esperaba aún dónde él la había dejado, sus ojos brillaron al verle, se abrieron y emanaron una luz encandilante, de pronto, una vez más, el terror la abordó, vio sangre en el brazo de mi amigo, quien delante suyo, alto, delgado, la miraba sonriendo. Carcajeó y le dijo.

-Creo que mi intención de causar impresión fue más fuerte que mi cautela.- Y le guiñó un ojo sin dejar de sonreír de lado.

Conozco esa cicatriz, la recuerdo porque cuando la vi por primera vez intenté saber su procedencia y recibí un “Larga historia.” Como respuesta. Hoy conozco esa larga historia, no me fue contada por casualidad, o quizás sí, ya que sólo unas horas antes de oírla por primera vez conocí a Liz, una niña hermosa, quien fue bautizada en aquella iglesia por su madre Lara, una mujer hermosa como pocas. Alma, quien tuvo una intensa plática con quien alguna vez supo sacarla de aquel apuro, conversación que presencié y en la que ella sin detallar demasiado, me contó su porción de historia, motivo por el cual cuando Will y yo emprendimos la caminata me sentí obligado a indagar hasta conocer la anécdota por completo.

Alma me explicó que su hija fue llamada Liz en honor a un símbolo, a un gran amor, pero Will nunca quiso contarme qué pasó desde el día en que ellos dos se conocieron, hasta el día en que se reencontraron en aquella iglesia.


                                                                    Fin.


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Ante todo me gustaría agradecer infinitamente a la gente que me alentó e incentivó para subir este texto, tenía mis dudas con respecto a si iba a gustar o no, pero ellas me dieron las ganas, la confianza, gracias a las tres personas que la leyeron antes de decidirme a publicarla, ustedes saben quienes son, a ellas sumo a la rubia, que ya conocía la historia y ni bien la leyó por primera vez hace ya algún tiempo me dijo mil veces que tenía que terminarla y postearla.

Gracias a los que la han leído en el blog, parte por parte, a los que me pidieron que me apure para subir el resto porque querían saber cómo terminaba, espero hayan disfrutado del final y por supuesto del texto completo.

Hoy es otro día con sabor a nostalgia, hoy es otro día que me llena de sonrisas, hoy quiero agradecerle a la vida por tantas satisfacciones, a la historia por tanto que recordar, al destino por tantas vueltas.

Gracias por dejarme seguir siendo su Tigre, su ángel, su santo, seguir siendo yo.



Will.-

Lados Opuestos 2da Parte.


-El punto es que mi hermano y ella comenzaron una discusión completamente estúpida, él se subió a su coche y se marchó, mi madre se dio vuelta, me dio una bofetada y se encerró con llave en su habitación… -El tono se fue colmando de rencor e ira.

-Así fue que cargué mi bolso con cuanto pude y me fui de allí, no conozco la zona ni su gente, lo primero que se me ocurrió fue esta iglesia. La vi cuando mi hermano me trajo a media tarde.

Will me graficaba cada gesto, entonaba, imitaba, tanto que logró conmoverme mientras me relataba la historia, se aclaró la garganta, me dijo que la expresión en mi rostro era todo un cumplido y continuó.

-Este no es un lugar para alguien que quiere huir de alguna realidad, es triste y deprimente, lúgubre, da miedo, no es la mejor elección pero…

-Qué hacés parado frente a mi.- Interrumpió “Alma”

-Yo no vengo ni a olvidar ni a huir Lara, sólo vengo a estar tranquilo.- Explicó mi amigo.

-No me llames Lara, lo odio.- Se quejó con tono eufórico.

Will sonrió y sin cambiar su clásico tono relajado dijo:

-Dijiste “Quienes mucho me conocen me llaman Alma”.- Hizo un ademán con sus manos como si presentara algo y concluyó…

-No te conozco en lo más mínimo, por qué habría de llamarte por tal nombre.- Levantó las cejas y esperó.

-Está bien.- Dijo ella en voz baja –Te cedo el privilegio, a partir de este momento estás en todo tu derecho de llamarme “Alma”, pero por favor no repitas mi nombre.- Suplicó con ojos tristes.

Algo sonó a lo lejos, un golpe, como si hubiera chocado madera contra madera, Alma abrió sus ojos cuanto le fue posible, aterrada, tomó aire para hablar pero él se lo impidió tapando su boca de finos labios con uno de sus dedos, largo y delgado, de yemas gastadas por el raspar de las cuerdas de la guitarra; la miró a los ojos, deteniéndose un instante en su iris, verde en los extremos y gradualmente oscureciéndose hasta morir en un marrón tan fuerte como el negro de sus pupilas; volvió en sí y sin dejar de mantenerla en silencio la tomó por la cintura y la alejó por detrás del telón hasta encontrar una pequeña puerta, casi invisible, con cuidado la abrió y ambos ingresaron a una habitación de no más de dos metros por dos metros, sonó muy bajo la traba mientras el último haz de luz  fallecía dejándolos completamente a ciegas, se escuchó un ruido metálico sucedido por un chasquido y por fin la lumbre del encendedor plateado se encendió, Will lo acercó a un velón para encenderlo, apagó la llama con olor a bencina cerrando la tapa y dejó resbalar el mechero en su bolsillo. Varios golpes más se oyeron provenientes de afuera, según me contó mi amigo, el rostro de Alma empalideció levemente, destacando así el color de sus ojos y el negro de sus cabellos, que llovían por toda su cara.
Un gran estruendo sacudió el lugar y ambos se miraron, él no me lo dijo, pero estoy seguro de que estaba nervioso y asustado, y aún más seguro de que ella nunca lo notó.
El pequeño cuarto en el que estaban era extremadamente incómodo, con cosas arrumbadas a un lado, un espejo en su opuesto, varias velas de varios tamaños, dos sotanas colgando y tantos otros objetos, probablemente no hubiera entrado ni una sola persona más, pero era lo suficientemente amplio como para que ellos dos se escondieran de lo que fuere que causaba semejante alboroto afuera.

Alma empezó a recuperar el tono normal de su piel, aún pálido, pero normal, lo miró a Will a los ojos, sólo iluminados por la llama del velón y dijo:

-Tengo varias preguntas que hacerte…- Sus pupilas se movían por todo el hombre que tenía delante.

-Te escucho atento, si me es posible, sin dudas tendrás cada una de tus respuestas.-Contestó con aires de duda.

Lara tomó aire y casi sin separar sus labios para hablar comenzó.

-¿Cuál es tu nombre?¿Qué haces en esta iglesia, en este momento?¿Cómo demonios conocías este lugar?¿Qué es todo eso que se escucha del otro lado?- Como marcando el final volvió a respirar y lo miró fijamente.

-Creo que puedo contestar a cada una de tus preguntas, al menos lo intentaré.-
Se acomodó entre las cosas tiradas por el piso y aguardó a que ella hiciera lo mismo, segundos más tarde, ya sentados los dos empezó a responder muy tranquilo.

-Me dicen Tigre, me dicen Will, con eso alcanza, no creo que necesites saber mi nombre. En cuanto a qué hago en esta iglesia y cómo sé de este cuarto en particular son la misma respuesta, mi abuela pasaba horas y horas en este lugar, viniendo a acompañarla y ayudarla fue que supe de esta habitación casi secreta. Respecto de qué es lo que hay de aquel lado, qué provoca semejantes ruidos, no es la primera vez que llega a mis oídos este asunto, aunque sí debo admitir que nunca había estado presente durante el fenómeno. Según sé, desde hace un tiempo se han oído disturbios, gente que irrumpe por la noche sin motivo aparente y se marcha antes de que alguien pueda atraparlos; yo particularmente no creo en la teoría de actos vandálicos, creo que algo más los trae a este lugar y quizás hoy sea cuando sacie mis dudas.- Bajó la mirada, la volvió a mirar a Alma detenidamente, como anunciando el final de su turno.

No logro imaginar la expresión en los ojos de la joven, pánico, incredulidad, Will acabada de expresar que ese día planeaba averiguar qué era lo que buscaba quien fuera que profanaba el lugar por las noches.

Lara no fue capaz de articular palabra, lo miraba fijamente intentando entender a qué se refería.

-Tranquila.- Dijo por fin rompiendo el silencio.
-No sé qué puedo encontrar de aquel lado del telón, pero no voy a arriesgarte bajo ningún punto de vista, sé perfectamente qué hacer.-



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Espero vaya gustando, espero estén muy bien, espero verlos acá en unos días cuando suba el final. 

Les deseo muy buenos días de ahora y hasta el próximo encuentro.

Gracias, infinitamente.




Will.-

Lados opuestos.


Hay quienes aún dicen que esta historia es cierta, hay quienes no lo creen, a otros ya no les importa. Es una historia escrita por mí y creo que merece ser publicada, la crean o no, les importe o no. Toda suya, espero disfruten de ésta, la primera de tres partes.

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Will siempre fue un soñador, su mirada y aquel brillo tan particular en sus ojos oscuros lo delataban. Caminaba lento y relajado, pero muy seguro, sus casi dos metros de altura le daban un porte imponente y en la sonrisa que dibujaba de tanto en tanto se encontraba el equilibrio con la ternura de un hombre formado entre mujeres. Era sensible, dedicado y muy pendiente del bienestar de sus afectos, pero claro, eso pocos lo saben, pocos lo reconocen, muy pocos aún lo recuerdan y de esos pocos, sólo uno o dos todavía lo tiene en cuenta.
Si bien mi amigo siempre mantenía un aspecto soberbio y de autosuficiencia era inseguro por demás, asustadizo y en constante lucha contra su autoestima; no puedo evitar sonreír al pensar que eso nunca le impidió enfrentarse a lo que hubiera delante de él incluso a su lado más opuesto.
Hubo una noche de Diciembre que nunca va a pasar, una historia que por temor a olvidar dejo implícita en este texto.
Las navidades de aquel año eran como de costumbre una pena más que una fiesta, en particular la que menciono en este escrito. Una gran pérdida en su vida había sido motivo de varios meses de dolor y lamentos, dolor del inesperado, ese que ataca por la espalda y sin anestesia, el que no pasa jamás, por su carácter de irreversible, carente de atenuantes, de culpas, dolor puro.
Ese 24 de Diciembre nos encontró en vela, solíamos festejar por adelantado y que la noche buena por cuestiones familiares alguno de los dos viajaba y por lo tanto cada quien la pasaba por su lado.
Según Will me dijo una tarde de Mayo mientras caminábamos bajo un frío rocío, aquella mañana PRE-navideña, cuando yo partí él permaneció despierto, sentado en su cama tocando una canción de su autoría hasta que decidió que era tiempo de comenzar el día; así fue que preparó el desayuno, afinó los dedos y empezó a escribir.
No voy a hacer hincapié en cómo transcurrió la tarde o la cena, basta con saber que fue triste, tediosa y solitaria.
Entrado ya el 25, mientras el cielo se teñía de colores y humo, de risas, gritos y grandes deseos, sentado en su puerta él pensaba en nada, intentando no gritar ni enloquecer; lo logró durante algunas horas, y cuando se volvió incontrolable tomo su manojo de llaves, un paquete de cigarrillos, su encendedor a bencina y sin hacer ruidos innecesarios o escándalo salió de casa mientras todos dormían.
Afuera ya era otro paisaje el que se advertía, la noche vestida con algunas nubes dejaba ver alguna que otra estrella sin pareja, sólo unas explosiones se oían a lo lejos y apagadas,  no más risas, no más gritos, estaba sólo, en paz y armonía con su sollozo.
Si había algo que Will tenía era memoria, retenía detalles, lugares, imágenes, aromas, memoria privilegiada que le dio una enorme cantidad de buenos momentos y le aseguró dolor eterno.
El caso es que su memoria y su gran cantidad de barrios y ciudades transitadas le otorgaron infinidad de conocimientos; utilizando estos últimos fue que sin demasiados inconvenientes encontró un expendio clandestino donde comprar algo para calmar su sed y embriagar su pena.
Hubiera pagado por verle caminar por esas calles vacías, hablando sólo, con una botella sostenida tiernamente por el cuello, como se sostiene a un amor que duerme en los brazos de uno; me hubiera encantando estar en su mente un instante, principalmente para saber qué lo condujo a saltar un portón de rejas y colarse a escondidas en una iglesia cerrada con candado, ya que si bien sé con certeza el por qué de elegir esa iglesia en particular, nunca comprendí de dónde nació aquella descabellada idea, tampoco intenté saberlo, sin aquella idea, esta historia nunca hubiera sido escrita.
El Sol todavía ni asomaba sus primeras luces cuando mi querido Will ya caminaba entre bancos de madera gastada y pisos fríos de baldosas gigantes, un lugar completamente muerto, sin velas ni cantos, ni penas, ni santos. Con sumo respeto se inclinó levemente ante una pálida y tétrica figura de cerámica, una lágrima llovió al vacío y estalló contra el suelo, bañando el piso con tristeza de la más profunda.
Lentamente había cerrado sus ojos resignando aquella gota de dolor, pero esos mismos ojos oscuros se abrieron a tope de un golpe y sus pupilas temblaron, algo crujió a un lado de la escultura inmóvil tras la cual se desplegaba un telón rojo, grueso, pesado, manto que se movía tras aquel rechinar de madera, una situación que yo consideré escalofriante y ante la cual hubiera corrido a más no poder hasta alejarme varias manzanas de allí, pero no él, su curiosidad supo llevarlo al centro de grandes problemas, pero debo reconocer que también le ha brindado más de una satisfacción, nunca supo quedarse con la intriga, por lo que a paso muy lento, apoyando la punta del talón y de a poco el resto del calzado, como en cámara lenta, se acercó con cautela. Entrecerró los ojos, agudizó el oído y oyó una respiración casi muda, agitada, pero agónica. Miró hacia atrás y a los lados, volvió a fijar la vista al frente, y sin pensar en volver continuó hasta el final del paño, lo apartó lentamente, frunció el ceño y sonrió de lado.

Una mujer de no más que 19 años sentada en una especie de tarima baja de madera lo miraba, con expresión extraña, el rostro bañado en lágrimas y unas cuantas botellas a sus pies.

-Al parecer perdí la exclusividad de este lugar.- Dijo él en un tono bajo y calmado, tranquilizador, pero ella no contestó, en un amago de llanto sonrió, pero permaneció en silencio.

-Supongo que también es tarde para brindar.- Continuó perseverante mientras con la punta de su pie derecho movía una botella vacía, haciéndola rodar por el suelo.

-Supongo que lo que estoy interrumpiendo no es el comienzo de una misa.- Contestó ella sonriendo entre rezagos de llanto mientras fijaba su vista en la bebida que Will sostenía entre sus dedos.

-No confundas hija mía, es “Vodka bendito”, o “Bendito Vodka” según algunos fieles.- Exclamó en tono serio y educado.

Moviéndose despacio para no asustarla se acercó a ella y se acomodó a su lado.

-¿Deseas hija mía recibir su bendición?- Dijo risueño.

-Por supuesto, ¡será un placer!- Afirmó exagerando sus gestos.

-Mientras lo hace, sería una muestra de gratitud que me explicaras por qué estás en este lugar, a esta hora.- Indagó Will.


-Quienes mucho me conocen me dicen “Alma” en un juego de palabras con mi apellido, pero mi nombre real es Lara, no soy de por aquí, vengo cada año a pasar las fiestas a casa de mi madre, a pesar de vivir y llevarme excelente con mi padre, el punto… (Su voz comenzó a quebrarse, respiró hondo, forzado)



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El punto? El punto lo dejo para la próxima, espero haya gustado, muy pronto sabrán cómo sigue. Mientras más guste, menos tardaré en publicar el resto (Sí, es chantaje.) 

A todas las madres, muy feliz día, muy feliz día a la mía, muy feliz día a las que se han ido pero siguen con nosotros en cada pequeño gesto del día a día. Las extraño, las amo.


Will.-

Aromas, luces, voces... Fuerza.

Frustración, sentir que alguien me obliga a escribir, sentir que mi cabeza se exprime en busca de textos sólo por mantener vivo el poeta en mí....
No, no hay frustración, no hay presión, nadie me obliga, nadie exprime nada, de mi pecho a mis dedos las letras desbordan solas, nadie tira de ellas para ver si hay un texto al final de la cuerda, muy por el contrario, ella al menos, me regala todo el tiempo del mundo para relajarme y sentirme cómodo.
Ella es una mujer que nunca ví, no conozco su aroma, apenas recuerdo su tono de voz. Mi amiga no necesita un nombre, porque no necesita un apodo, porque no necesita ser llamada, porque mi amiga está ahí en cada tropiezo, me levanta, me limpia la cara y me ayuda a seguir, ella es Flops, como no desearle lo mejor si ella me da lo mejor.
También está ella, ella es una hermana, ella es un amor puro y limpio, sin dobles intenciones, sin pretensiones, sin falsas adulaciones, sin más que su humildad, su sinceridad, su calor de hogar, su compañía eterna; Euge, un alma pura que incluso en los momentos de peor pasar decidió abrir sus brazos y confiar en mi abrazo, ella que me devuelve cada mínimo esfuerzo que alguna vez he hecho, con la que me río hasta la madrugada, con la que lloro mientras río, con la que vivo mientras muero.
Tengo una luz también en algún lugar, una luz que me trata como un ángel, un lucero a la hora de encontrar un camino, un foco de esperanza cuando la oscuridad me ataca, fuegos de artificio que me pintan el rostro de colores devolviéndome la sonrisa, Ju.
Tengo una voz, que diga lo que diga, ha crecido de manera magnífica a lo largo de este tiempo, desplegando una pasión y un sentimiento enorme cada vez que entona una canción, ella que canta sin papeles, sin detenerse a pensar en pudor, hablemos de Jazz o de canciones para niños, su voz supera distancias, su voz trasciende estados de ánimo, porque su cantar pinta gestos de alegría, Sab es su voz y la mía.
Nicky anda por ahí también, una pequeña mujer que me lee, me escucha, intenta entenderme, toma de mí las cosas que cree que le ayudarán y me agradece y reconoce cada detalle remarcable de mi esencia, me convierte en maestro cuando necesita aprender, me llena de amor en un abrazo cuando me tiembla la voz y mi cuerpo amaga a caer.
Tengo las manchas de un tigre en la piel, las cicatrices de los cortes en el pecho, las garras de un luchador por una de las partes más importantes de mi vida, y tengo a la mujer de los cabellos dorados para recordarme todos esos momentos, todo ese esfuerzo y mantener vivo en mí el legado de su amor.
Tengo cuatro años de sentirme el hombre más afortunado del planeta, algo que hoy sólo es un motivo de llanto antes de dormir, porque a pesar de que todo aquello me haga sentir completo, me haga sonreír, no es más que el recuerdo de algo que ya no tengo a mi lado, que es cierto, aún corre por mis venas, pero me recuerda que hoy, estoy un poco más solo.
Fueron y son mis mujeres, las que sin importar qué haya pasado están ahí, para despertarme con palabras aliento, para recordarme quién soy, qué soy, que aún cuento con ellas. Las que aceptaron mis disculpas, las que reconocen mis defectos como detalles, y mis virtudes como tesoros. Son ellas, mi fuerza y mis ganas, las mujeres de mi vida.

Mantendré mi escudo en alto, me armaré con más coraje que nunca, afirmaré mis pies al suelo, apretando mis mandíbulas y abriendo bien mis ojos recibiré un gran golpe de frente, intentaré mantenerme de pie cueste lo que cueste, intentaré no morir en el intento.

Sinceramente… Will.

Despierto sueño que muero contigo.

Despierta, me duelen mis brazos, despierta por favor, bajemos juntos, despierta o caeremos juntos, no quiero lastimarte, no quiero lastimarme, despierta.
Con una mujer en brazos corro escaleras abajo, el mundo gira más lento, el universo en cámara lenta, puedo ver como el cordón de mi calzado a medio soltar baila por el aire amenazando con ocultarse bajo mi otro pie, pero no puedo detenerme, no si pretendo llegar a tiempo.
Intento no mirar nada más que dónde apoyan mis pies, intento no sentir el olor a óxido, ni ver las manchas en mi cuerpo, en el suelo, en mi piel, intento no gritar, aunque lo hago con desesperación. Uno a uno los segundos se entrelazan con sus pares de hace unos minutos atrás; la puerta trabada, los golpes, la puerta astillada, nadie que conteste, nadie que la abra, la puerta arruinada, la casa vacía, la sangre tibia, el baño rojo, el cielo gris, el día casi muerto.
Siento mis brazos a punto de quebrarse, no puedo hacer más fuerza, no logro sostenerte, despierta, necesito que camines conmigo, necesito que me ayudes a ayudarte, te necesito a mi lado, necesito que me mantengas vivo para mantenerte viva, despierta, no me dejes vivir este sueño dormido, despierta, para así poder despertarme, no quiero más de este sueño en el que duermes y nunca despiertas, no quiero más de esta pesadilla en la que no me aplaudes cuando canto, no me acostumbro a no tener tu mano dentro de la mía sólo para que no estalle, ni a la falta de tus piropos descarados, no me adapto a vivir una vida sin tu vida en la mía, despierta, para que así puedas despertarme con un tierno beso en la mejilla.

Tigre.-


La imagen a cargo de mi adorada Flops, persona que contribuye constantemente en busca del crecimiento y/o desarrollo del blog, mil gracias negrita!

El texto... El texto es complicado, fue duro escribirlo, creo que nunca lo había hecho de esta manera, pero bueno, fue un sueño que tuve anoche, que me despertó desesperado y encontré que no había nadie para calmarme, para secarme la transpiración de la frente, para acomodarme el pelo o besarme en la mejilla, no había alguien que me abrazara o tomara mi mano, me hubiera gustado despertar tras haber despertado, pero es lo que nos toca, si tanta gente, con tantas cosas mucho peores que mi vida sigue peleando por qué no habría de hacerlo yo.

Esta vez, me gustaría pedirles que aunque sea de manera anónima, sin ningún tipo de nombres o apodos o algo, comenten aquellos que no lo hacen por el motivo que sea, me interesa saber qué les generó este texto, es muy importante para mí en este caso en particular. Desde ya, gracias.

Will.-

Nos leemos en unos días.

Brille Tigre

You are the tiger burning bright -
Tigre nuesto,Tigre de todos los que te necesitamos,Tigre que brillas cuando las cosas mas oscuras se ven,Tigre unico,Tigre santo,Tigre te adoro,y te quiero ver cada dia mejor.twitter no me deja escribir tanto asi que aprovecho el blog,Tigre te necesitamos,vivo,feliz,cueste lo que cueste,y vamos a dejar todo en el camino por vos,porque ya te lo dijeron,sos pura luz Tigre mio,sos el de la sonrisa que fabrica sonrisas,el de la mirada triste pero fatal,Tigre sos la magia,tigre sos el sol,Tigre sos la fuerza,Tigre se escribe con mayuscula,porque Tigre es tu segundo nombre,gracias,porque sin vos el aire se respira distinto,porque sin tus letras la vida sabe distinto,Tigre cada una de las personas que lee esta pagina te ama,te adora,te quiere,y las que no,me importan poco.
Tigre repetir la palabra no me hace redundar,porque Tigre sos uno y mil significados,porque Tigre te hicieron los golpes,y Tigre te hace seguir.Tigre,segui siendo el hombre que sos,porque como vos alguna vez se lo dijiste a alguien mas,si hubiesen mas como vos,mucho mas,la vida seria mucho,mucho,mucho mejor.
Tigre,sos nosotros,y nosotros no vamos a dejarte aflojar,porque la ultima frase de este pequeño regalo va a ser de alguien que ya no esta,espero te haga sonreir como a mi cuando me acuerdo de ella.
'No me afloje Tigre,apriete si hay que apretar,pero no ensucie tan linda cara con una lagrima o una mueca de bronca,vamos Tigre,que esto recien empieza,vamos Tigre,que me gusta mas si mi Tigre me ayuda a respirar'
Te amo Tigre,y esta es mi manera de demostrartelo,animandome a regalarte algo en lo que no soy buena,algo que es tu especialidad,una de ellas.Guille,en serio,gracias una vez por ayudarnos a respirar,no quiero ofender a nadie,no quiero hablar por los demas,pero yo que soy tu amiga hace años,se loque se siente tenerte cerca y se que a muchos les debe pasar.
una cosa mas,te agradezco por enseñarme a publicar y tambien por dejar abierta la sesion en mi compu,si no lo hubieras hecho hoy no podria hacer esto.
-NATY-

Porción de alma.

Supo enseñarme lo que era saber, como así también, lo que es ser sabio. Supo poner su espalda frente a mí para protegerme de lo que trajera el viento del Sur. Por dios juro que supo cómo hacerme sentir un poco más importante en mi vida y con respecto a la de los demás. Me educó desde la más pura sinceridad, desde el reto, el abrazo de un gigante, o simplemente, confiarme a su familia, dejarme compartir con ellos cada intento por sobrevivir a tanta locura. Él, que se levantaba conmigo sólo para ver el Sol salir y trasnochaba conmigo para compartir anécdotas, historias y exageraciones, con la compañía de un mate, de un cigarrillo de esos que escaseaban.
Remontándome a aquellas épocas, completamente seguro afirmo que él, quizás adrede, quizás sin querer, fue una de los seres humanos que mejor me hizo sentir con respecto a mí mismo, que más se preocupó porque yo creyera en todo lo que era capaz de dar, mi capacidad de conquistar a una mujer, risible, ya que me lo decía nadie más que el hombre con más conocimiento en aquella materia. Aprendí más historia de sus labios que de cualquier libro, que de cualquier otra persona que intentara que aprenda. Quien más me elogió mientras leía mis textos de novato, de niño.
Un hombre, tan solo un hombre, pero uno de aquellos que, lamentablemente, nunca más aparecen en el camino de uno. Un hombre, pero un hermano, un ejemplo, un señor incluso en épocas donde los señores no sobraron. Un amigo de aquellos, una porción de mi alma, porción a medias, que hermoso sería que todavía sigas acá para decirme una vez más todo lo que valgo, todo lo que vale lo que hago.

Te extraño Nacho. Te extraño como extraño a los otros que se fueron, espero todos estén bien, te pido que mandes saludos de mi parte por allá, nos vemos en algunos años, todavía tenemos un partido de truco que jugar.

Desde este lado del mundo, el lado más interesado, más material, más infame, más superficial, te mando el abrazo más sincero de los que tengo en stock.

Perdón si hay mucha gente que no entiende, aprecia este texto como los demás, pero una parte de mí está llorando, y es ese pedazo de mi ser el que hoy escribe.

Nos leemos en algunos días...

Gracias a TODOS los que están conmigo, los que me leen, los que me escriben, me cuidan, me dejan su perfume, me dejan sus abrazos.

Will.-

P.D.: Buen Octubre a todos ustedes, los amo, las mejores ondas a cada uno, brillen, yo voy a brillar también :).