Berrinches de moralejas.



Subo, del texto a tu embrujo, me transporto de este cuerpo porque el que quiero es el tuyo, abriendo las palmas, los chakras, contando las cuentas entre cuentos y cartas a Dana las voces de las flautas amansan a las fieras pero hipnotizan a las ratas, de la Luna a Hamelin, entre berrinche y algún berretín, asomado al balcón de los colibríes peinando las púas de un cactus, en una enebro un hilo, con otra resuena la pasta de un disco viejo, la tercera, la vencida, la que se fue, la bienvenida.

De los cánidos y felinos, cálidos y fríos, Perseidas y gemínidas, tus ojos, la galaxia en tus pupilas, elipses que eclipsan, eternidad efímera, complejas contradicciones de la simpleza y sus canciones, moralejas y tradiciones, encontrarte una noche en que la casualidades son básicas condiciones en un contrato de iniciaciones, con tus manías y con tus pasiones, dale un besos a mis canciones, dale éxtasis a mis pretenciones, dale sexo a mis habitaciones y a mis hábitos dale gemidos y reinvenciones.

Tigre.-