Desprende mis besos.

Te acercas a mí vistiendo de Sol, abriendo los mantos para alzarte sobre ellos, tu vientre se pinta de luz para bailarle a mi voz. Te vistes de azul, de cielo y de blues, café de mañana y tabaco de arrullo, bella en el silencio, preciosa en el murmullo, te defiendes del ruido, indefenso suspiro, te maquillas el canto por no contaminar la boca, roja como el azar de los recuerdos, finos labios los de Lola, el cuello al arrebol, la mujer tatuada, el perdón en vano, la fricción del sabio, caramelo de milagro, suplicio y anestesia, amnesia y desamparo.

Leyendo un libro en un tren escarlata bajo un cielo negro tras un velo gris, vistiendo una bandera verde y pequeña, del tamaño de un pañuelo pero representando a un billón de corazones, a un lado tengo un cristal, al otro, unos cadáveres que gustan de moverse como si estuvieran vivos, incluso respirando, pero con un alma muerta y llena de vacío.

Esperando entre los neones de una estación silente que los carteles me miren diferente, que tu abrazo llegue como el reflejo intermitente en los lentes que visto para verte sin verte, que el humo sea vapor y el vapor la nube que nos lleve a resguardarnos bajo el mismo techo celeste.

Bajo las leyes del tiempo y el espacio se desenvuelven uno, dos, mil hilos de energía que nos une como redes, de qué será aquel lazo que nos une que aún sin saber hacia dónde vamos nos mantiene unidos sin habernos mirado siquiera una vez a los ojos, si escribo te describo, si leo te dibujo, si suspiro te exhalo, si respiro tu perfume me aborda, se hace motín en mi navío y te permite capitanear mis rutas, llévame a ti, a nadar en tu golfo, en el paraíso de tu morbo.

Desbordo de letras perdidas que quieren ser canción y en el vahído te canto una estrofa de la copla a la mujer perdida, besarás mis tatuajes, la Luna besa a la luz perpetua, desato los amarres, libero a la tropa del régimen total, dame tu sonrisa y a bailar si el mundo explota, lanza el dado, veremos qué toca, loco el acorde de mi guitarra rota, arráncame el dolor con un beso, desprende mi camisa y tu deseo usa como un puente, vente, vamos de vuelta al Sol entre café y tus labios, Lola, tu voz durmiente es artificio de los fuegos en el sexo prepotente.



Tigre.-