Blanca Luna.

Volvió a soñar contigo la Luna, con tus ojos claros como el cielo del aislamiento, subida a un taburete entre gritos y gente, estabas alta por suerte, porque siendo tan alta la Luna y tan blanca tu piel, el contraste en el abrazo fue pura maravilla.

Volvió a soñar con la ausencia, de eso va la nostalgia, de eso se trata este fragmento, de que pasa y pasa el tiempo, pero no se olvidan los momentos, porque aunque se marchite el jazmín, el recuerdo de su aroma perdura perpetuo, hoy la Luna se escondió junto a Venus, quiso contarle de la sonrisa de la zorra, de la mentira del llanto que vuelve fea a la gente, de la leyenda de la puerta agresora. Anoche el cielo se pintó de asombro, con sabor a ensalada de frutas frescas y tigres de adorno, el dado rojo para la suerte, el último beso para siempre.

La Luna se vistió de Sol para acabar con los problemas de horarios, se disfrazó de lluvia para bañarte de tanto en tanto, cambió su perfume a papel y tabaco para ser el placebo en tus noches de sueños malos, pintó sus pasos de bruma para que cuando comiences tus días de invierno tus piernas no se sientan tan solas andando. Sus voces cambiaron, de registro, de timbre y de llanto, así en la música estará siempre el abrazo del Santo, así en el canto de cualquiera, hallarás el arropo de su manto.

La conexión entre mentes, las casualidades y no tanto, la reacción de tu piel a su tacto, la luz de tu miel y el sabor de su encanto, la Luna no olvida, la noche termina, en sueños te mira, te sonríe y se gira, te guiña un ojo y grita, te espero toda la vida.

3 comentarios: