Simple, siempre.



Siempre, con sólo una mayúscula para no gritar, con una capital, el universo es territorio único y atemporal; siempre, por eso de asegurarnos una eternidad, por todo aquel asunto de la cuarentena espiritual, siempre, porque la pandemia del veinte no nos quita las ganas de beber libertad.
Que si nunca, que quizás, que hasta luego, volverás, que conspiraciones, que azar, ¿Qué decías de tus ganas de bailar? Que se fueron las estrellas, que después de estar siempre te devolvieron sólo sal, ¿Qué decía aquel tango de llorar?

Siempre como medida de tiempo, por aquello de ponerle tempo a lo que queda por llegar, por llamarle de algún modo al milagro de la perpetuidad, por hacerle un favor a los malos entendedores o los adictos a la paráfrasis al menos, siempre, porque el espacio necesita tiempo y con sólo un par de galaxias para siempre no tenemos.

Siempre, porque si te digo fechas te estaría mintiendo, porque si quisiera los segundos los compraría en la subasta de invierno, que los días son cortos y los abrazos milenios. Por eso siempre, porque si no creyera en lo eviterno, no le escribiría a los fantasmas del encierro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario