Dame Karma.



Salir a la música, entrar en ti mismo, subir a la constelación de la que hablan los ilusos y confuso entonar un tango áspero y rústico. Llover en busca de un campo o un barco, una legua de Brandy o una lengua en tu vocabulario. Ellas aguardan a que vuelvas a tu tierra a salvarlas, muñecas de porcelana resquebrajada que con la piel sonrojada se bañan en la capital de tus pecados, levanta tus anclas marinero, eleva tu alma a la comedia musical de tu espada y la armada de tu reino de corcho y balsa.

Son más que tres los chiflados, son más que uno los ángeles enamorados, son miles las historias que aún no he comprado para darles en mi puño mi propia sangre, nos merecemos el uno al otro hoy, mi Karma. Ha pasado el tiempo y en otros cuellos otros acordes han sonado, en otros cuerpos he buscado el néctar de tu dulce sonido y ahora como en el mecánico sonido de las teclas de un abecedario iluminado me emborracho, tus curvas son el café de mi mañana o el chocolate de mi canción de cuna, bebe de mí, mi sed es tu remanso y mi hambre tu relato, canción y canto, rasgueo y relajo, te veo y te palpo, Karma te nombro y Karma a tu disposición me pongo, lo que deba ser será y lo que no en meta se convertirá, dame luz, dame dulzura en tu vibrar, dame Karma, dame paz.



Tigre.-


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