Construye, escribe.



Puedes tomar asiento, pretendo explicarte cómo es que escribo.

Para cualquier tipo de arte se necesita de un disparador, algo que te haga querer hacerlo, un hecho, una imagen, un deseo ingenuo, un sentimiento tan fuerte que no puedas limpiar con lágrimas ni sonrisas, un impulso, una sensación.

Se necesita fundamentalmente una conexión, un vínculo con el corazón, una comunicación fluida con lo que más adentro tienes, sinceridad con uno mismo y sobre todo cero censura, debes abrir el alma y contar contigo mismo para interpretar y traducir lo que en el párrafo anterior supe enumerar.

Escribir se trata de entender que nadie sabe con certeza lo que sientes, ni comprende lo que piensas, ni adivina lo que quieres, es encontrar el nexo que conecta lo que el resto no ve con lo que tú intentas exteriorizar en letras contundentes.


Normalmente y por naturaleza en los detalles radica el sentido de tener una infinita combinación entre recursos y permisos al momento de liberarte, no escatimes en descripciones, en serio, son gratis. Compara, entrena tus sentidos para leer lo que observas y lo que pasa por tu mente.

Háblale, háblales, cuéntales cómo es que ocurrió, qué tanto duele, por qué es que tanto lo quieres, qué es eso que tan especial la haces, déjala que resucite en tu literatura, que se haga inmeso en los labios de quien lee, deja a tu piel llevar tatuado lo que ni tiempo ni tornados han logrado borrar del grito sagrado.

Tienes que aprender a mirar sus manos antes que sus labios, el movimiento de sus párpados arrancando tristemente el lodo de sus zapatos, todo radica en los detalles, que exprime entre sus dedos cuando el ansia le puede, qué ansía cuando sus cabellos mueve, a quién busca cuando se pierde en el muelle, cuál es el tango que la describe mejor en el galope de un fuelle.

Si su collar mira al frente descubre a quién le corresponde el placer de soltarlo para morder su cuello, si sus uñas ya han secado es momento de verla arañando paredes, tendida sobre su pecho y besándole la espalda que le da paso a los valientes y a los despistados por su cadera deja de lado. Es hora de saber cómo manejar su histeria sin conocer su historia ni sus preferencias, domina las letras, palabras que la rodean cuando baila, por muy poco que lo haga, lee en el aire las voces que emiten sus trazos si la encuentras cantando.

Escribir es más que darle coherencia a un par de construcciones gramaticales, puedes hacerlo por supuesto, pero no tendría más profundidad que un diccionario, al escribir uno se debe al texto que proclama como suyo, deja una parte de su ser como quien deja una roca lanzada al medio de un río, como quien gesta un hijo o compone música desde el corazón.

Puedes levantarte, te he dicho todo tal como lo sé, he intentado que entiendas que después de todo escribir no es más que tener en claro que a la hora de escribir no hay mucho más que ser y estar dentro de esa obra, obra que por larga o corta sea gloria. Sin importar de qué trate no olvides los detalles, en los detalles uno distingue el uno del otro, bajo los detalles no existen dos iguales, es ahí donde el carbón se hace diamante y el platino bronce muere.

Escribas lo que escribas escribe, mires lo que mires aprende, huele, hasta recordar aromas, sufre, ríe, crea y destruye, crece y constituye un uno con tu Yo literal, sé Tigre, sé mago, sé autor y cuenta lo que sientes, escribe, describe, lo vulgar de sus hombros desnudos, lo voraz de sus talones fríos, lo fugaz de su reojo descosido y cada detalle que la hacen sublime, única y real aunque ficticia.

Por sobre todo nunca olvides, "La perfección no siempre se basa en belleza convencional."




--------------------------------o--------------------------------



Tigre.-

No hay comentarios.:

Publicar un comentario