Lee bien.

Te diste la vuelta, juraste una vez, juraste mil que no volverías a jugar con juramentos apresurados.
Soñaste voces, voces que te despertaron irrespetuosamente, las mismas voces que despierta te dijeron que leyeras bien, con la sangre, con la piel y no con tus ojos de miel.

Gritos callados, sábanas plateadas, hojas rotas de textos menospreciados, textos de platino, para mujeres de oro.

Leiste mejor, leiste bien, a la luz de una Luna que nunca te dejó, que perdió un cuarto, que perdió una mitad, que perdió casi todo su brillo y que a pesar de haber luchado con todas sus fuerzas, desapareció.

Pero Luna que fiel a sus promesas volvió a brillar poco a poco, un cuarto, una mitad, un poco más y fue Luna llena y te volvió a iluminar.

Lee bien, la Luna soy yo.

Will.-

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