Destino con eco.

Ilusiones ópticas, cromáticas, escalas atónitas sin tácticas, semánticas, la estrella del plata, Estella del mar, ni frágil como parece, ni resistente como pretende, púas de las palabras en sus oídos, la melodía de sus talones musicalizando sus pasos, armonizando su andar, verbo asoma, loba o zorra, juega sola, sola llora, mora del karma, salda la falta, baja la vara, salta la banca, blanca esmeralda pálida perfección, capta la magia, casta del mantra, aborda la barca de palabras santas que viajan sin capas al portal de tus sábanas blancas, reverberante potencia, tus manos se pierden y todo se tuerce al silencio, abre las cuerdas, mira al cielo una vez más, dale las gracias a la Luna por nunca darte la espalda, si aún cuando es novedad e invisible, ahí está.

Sentado bajo una farola en una esquina escalonada, a un callejón de la muerte de las maletas, en muletas anda hacia mí el deseo rengo de volver a los tiempos de los tiros de tres y las filigranas bajo la lluvia, veneno de las calaveras insistentes, dulce y pintoresco néctar de desaciertos en tus labios peregrinos, con ojos llorosos y el hierro de una jaula gigante de por medio, preferimos tomar un tren al destino equivocado que dejarlo pasar y perderlo para siempre. Fuimos decorado de la historia de otros tanto en las escaleras del teatro que nos vio ensayar el guión que aún soñábamos escribir, nos volvimos protagonistas de un circo sin luces ni sirenas, dimos dos vueltas al destino y más de diez años después, la voz en mis sueños suena igual.

Tigre.-

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