Tu nombre mi esquema.

No estaba en mis planes sinceramente publicar este texto hoy puesto que hace muy poco fue el último post, pero he llegado a una etapa en la que disfruto más siendo leído que escribiendo incluso, lo cual convierte todo en un círculo precioso en el que si no escribo no tienen qué leer, si no leen no me motiva a seguir escribiendo. Quiero aprovechar este momento de conversación íntima para agradecerles con el alma que estén ahí leyendo, en mis textos mantengo vivas personas que necesito/necesitan en el día a día, los intento sostener en lo alto y homenajearlos, en mis textos transformo cosas cotidianas en al mucho menos banal, en mis textos plasmo situaciones que muchas veces ni siquiera me pertenecen y si no hubiera alguien del otro lado, todo eso moriría simplemente en un boceto de pretensión literaria. Gracias una vez más, nos leemos pronto.

Tigre.-




                                                Tu nombre mi esquema.



Busco una forma de describirte, busco calificativos en hebreo, latín y arameo; busco palabras que abarquen tus matices y entre mis textos antiguos busco definirte, busco tiempos en los verbos y usando metáforas como servos busco dilucidar el conflicto de captar tu inmensidad. Como niño en dulcería me empapo de tus sabores, café para mirarme, jengibre para liberarme, limón para embriagarme y fresa para bailar con tus caderas. Garras gastadas y tú la enfermera de la fiera en la efímera indiscreta reacción al pintarte en pieles.

Busco un litro de licor y un vaso para beberte, busco una botella de boca ancha para besarte y una bocanada de aire para ahogarme en tu mándala, dame tu infinito en un abrazo y hazme milésima en tu milenio, báñame de oro y seré trofeo, premio y consuelo, que sea tu ropa un seminario en el que internarme un verano entero, rezaré en tu misa y seré tu Rosario, tu Madero y tu San Juan. Mujer de ríos, de capilla y marea, mujer espera, aún no encuentro modo de nombrarte en una sola palabra.

En busca del calificativo vago, cómo decirlo, cómo hago, cómo describo el teorema que como sarcófago encierra al escritor, rezaga la magia que no puedo hablarte mojada en la vela que el viento apaga, deja volar el ave de tu ráfaga en tus piernas eternas, valga la redundancia y bendita la abundancia. Se mi amparo y ve campante que te veo, vidas aletargadas desgastan las huellas de un cuerpo que encabeza tu sepelio, mueve maga tus cabellos y que el tiempo se detenga en pólvora y pimiento, pigmenta mi manga loto, pintarrajea mi yugular tu labial y sigo deambulando entre párrafos corridos.

Fallo en esta lotería de juicios, tu doctorado en belleza baña las costas de una satánica Castanica satirizada, fallo, me alego insano para justificar la carencia de términos concisos que te describan y contra demando a tus ojos que no me dejan pensar en lo que debo, te debo haber llegado donde estoy, te debo inspiración y fuerza, te debo una sola palabra que te resuma, pero eres sublime, eres preciosa y eres inmensa, quiero que entiendas que lo intento y entre las letras tiene mi sombra tatuada la espina más bella de tus macetas, tengo pluma y tengo texto pero no alcanza para nombrarte.

Silencio, eres tal vez silencio, enmudeces mis gritos en tu hombro, bastan tus ojos para contarme una fábula sin dejar de basarme, el silencio del ahogo el segundo antes del orgasmo, el instante previo a verte y abrazarte, el siguiente a acribillar con mis colmillos tus piernas, el silencio que indigna a los impacientes y enamora al buen entendedor, si eres silencio soy papel, vuelca en mí la tinta de tus deseos mártires para que no se pudran y pudran el cajón. Si te nombro silencio entonces robaría protagonismo a la voz que me desvela, corrección, no serás silencio, borrón, cuenta nueva.

Claro, siempre podría ir por la vía rápida y serías en una sola palabra "Indescriptible", pero sería un genocidio a tus detalles, aquellos que bastón a bastón que pinto enumero en las paredes de mi celda, esos que ya casi la han cubierto. Detalles que llevo años describiendo y sin embargo siguen apareciendo. Mujer de detalles ínfimos a la vista del cotidiano pero infinitos ante los sentidos del que sabe degustarlos. Me desbordo pensando en calificarte sólo con una palabra, será que no conocer tu fin me marea, o que tu inmensidad me abruma, tal vez sea que es tanto lo que abarcas que no logro terminar de conocerte jamás, será que la tuve todo el tiempo frente a mí pero tus mil virtudes no me dejaban verla, esta noche te nombraré Infinita.





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