No existe el final.

Aunque jure mil veces y mil más que no sus ojos desnudos son el telón que cierran una obra maestra del teatro en el que vivimos. ¿Dolor? Sí, duele, pero eso no va a detenernos ¿Verdad? No, no hay dolor físico capaz de evitar que pelee, que pertenezcamos a una misma realidad en un mundo desbordante de imparcialidad y pleitos narcisistas, de un cielo manchado con la negligencia del mundano ser humano y sus costumbres auto destructivas.

Sí, vivimos y nos desarrollamos en un ámbito contaminado y cubierto de nubarrones formados de conflicto y competencia, pero sus ojos, sus pupilas emanando pura vida son sombrillas para el rocío de la post vigilia. Vigila mis manos, tiemblan si te tengo cerca de las líneas que separan a Febo de Zeus, son mis labios la carta que le otorga tiempo al tiempo, fuerza al viento, condimento a los tiempos violentos.

Atendí al consejo sobre el amor y el mercado pero lo guardé en el mismo cajón donde dejé al pimpollo que era mi Flor, para hoy verla crecer y entender que las horas no son siempre castigo, que lo que pasa a su lado sólo florece y florece, que todo lo que apesta a mundo tras ella huele al jazmín que ya no duele, ella es que bien que tras el mal viene, se adelanta a los normales mortales y reverdece los campos elíseos que el dictador pudrió con sus botas de lona y su capa de súper héroe publicitario.

Todo comienza con el dolor, la vida misma incluso, todo se despliega por el cielo con fuerza y con calor, incluso la fiebre por la abstinencia de tu fantasía de Martes a Jueves y es alivio de Viernes a Lunes, otra vez Lunes, otra vez me visto de celeste, otra vez eres la fuente de impertinencia y espontaneidad que me hace diferente.

¿Dolor? Pues sí, la vida duele, pero es la maravilla de sobreponerse lo que hace los días valer y así es que ella se hace la pintura que maquilla las caras de los idiotas de pacotilla y a mí de referente, es así que ella resalta los jardines del camino y las llaves del destino hace relucir. La historia se escribe de a un día por vez y su pluma y su tinta le dan texto y poesía al guión de mi sabiduría.



"Un hombre deja huellas y marcas a través del tiempo en la gente que queda cuando él nos deja. Mantener vigente ese legado es lo que hace eternas a las personas, sabe Dios por qué a aveces la vida es tan frágil, queda hacerle honor al legado que dejan con nosotros, queda seguir empujando y seguir peleando por hacer de un gran hombre una gran herencia. La vida es frágil y la memoria eterna."




Tigre.-

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