Llamas desde el fondo del mar.




Me privas de tu libertad, tiras la llave de tus secretos bajo el agua sabiendo que no sé nadar pero pensando que no me voy a lanzar por ella al mar, te equivocas una vez más, como el día que decidiste por mí, genocidio de mis días felices. Tus actos como jeroglíficos me complican la salida del laberinto de tu mente y estar perdido físicamente suele llevar a la perdición espiritual, me siento solo, vacío sin el golpeteo de las gotas a montones sobre el suelo del balcón mientras imagino tus sueños, quisiera no escribirte desde el dolor, no dedicarte un silencio, no llorar el fracaso de tu compromiso con tus pocas promesas, quisiera que no duela, pero de vivir dejar no quisiera, mientras haya suelo para caminar delante habrá un sueño por alcanzar, una bandera por alzar, un muro que derribar y por supuesto, una boca que amar.


Cuentos y sólo eso aquellos que hablan de dragones, castillos y princesas de colores, fantasías animadas de siempre y nunca, no seré feudo ni señor, caminando haré un destino que verá y será testigo de idas y vueltas, coplas y poemas, maldiciones y desdicha, faroles y camas cómodas de las posadas o estrellas y manta sobre el césped en la madrugada.

Apostaría todo mi oro a que no conoces la definición de fracaso, no porque no lo hayas sufrido, sino porque lo has disfrazado tanto que hasta sabe a milagro, dibujas una sonrisa en el espejo con pintalabios para verla como propia en tu rostro cual si fuera una máscara, ¿Recuerdas el 5 de Noviembre? Pues no será mía la V de Venganza, tomaré mis pocas armas y volveré al camino en el que te encontré para volver a encontrarme allí y quizás reconocerme, abrazarme como nadie me abrazó en años y como yo jamás volveré a abrazarte a ti, en la vida puedes cambiar mil cosas por otras mil, pero el amor es único de cada hombre y cada mujer, nada se pierde, todo transmuta, la vergüenza con valor se vuelve afecto, el afecto con sudor amor, el amor con ausencia se hace un dolor tan fuerte como el de no ser tú mi amor y ese mismo dolor será lo que mueva mis labios para decir adiós, tarde o temprano entenderé que el amor es tan sólo combustible, mi fuerza es el verdadero motor.

Llorarte en un rincón sería inundar mi alrededor y te recuerdo otra vez que no sé nadar, si está escrito que han de acabar mis días ahogado en el fondo de la inmensidad que me encuentre la muerte buscando un tesoro en el fondo del mar y no escondiéndome en la obscuridad, que sea viendo brillar un coral y no el naufragio de un barco que se hundió sin capitán, me verás sonriendo en cuanto logre resucitar, las cenizas son mis lágrimas, el vuelo del fénix será la explosión del amor que decidiste desperdiciar.


Ayer dije que no es fácil escribir desde el dolor propio, no lo es, pero más difícil es estar solo cuando duele... Si el final habrá de ser siempre el mismo ¿Por qué no encontrarlo de la mejor manera? Que sea con las alas abiertas y las llamas más vivas que nunca.



Tigre.-


Desde mi lado lector dedico este texto a la memoria de G. García Marquez, gracias por TODO lo que las letras me enseñaron.


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