Tatuajes de sal

Noches sin fin, sin principios ni reglamentos, noches por tí, noches estrelladas en una copa de vino que ya se fue, que quién sabe cuándo volverá.
Petrificada una rosa blanca y opaca, luminosa la esperanza, es que si sonrío no es por mí, sino por la vibración que corre por mi cama hoy, ausente y espesa la sombra de lo que quieres darme este mediodía  cruel.
Mangas sin ases, haces como si nada, mas la magia es parte de el desayuno dominical de una misa sin pausas. Faltas, estallas, tiras los dados y sacas siete una y otra vez, es que escribes en mi piel con la tinta de tu ausencia y de tu beso en mi frente justo antes de marchar hacia aquí o hacia allá.
No conoces siquiera un mínimo rezago de mis instintos más felinos, pero sabes que en la boca de la noche están tus piernas encerradas en mis brazos, tus manos en mi cuello y tu espacio en mi tiempo, limpia de mi boca la sal del mar, seca con tu piel el sudor de mi espalda y con una sonrisa íntima y apacible cierra mis ojos con tu amor.
Hay un Sol, siempre lo hay, hay una Flor, de esas que no pierden pétalos cuando el viento ataca, siempre está la miel en el aire, porque el aire que me adormece al entrar por mi ventana es el mismo que me despierta cuando hay que actuar, cuando es hora de cerrar los puños, aguantar el llanto y afrontar, puede que el fin esté cerca, pues entonces destruyamos relojes y calendarios para dejar de esperarlo, vamos, que de no haber un final de cualquier modo lo habrá, todos tenemos uno para nuestros cuentos de amor y dolor que llamamos Vida, olvidemos quienes somos, dejemos de morir pensando de dónde venimos y dónde vamos.
Encontrémonos en un suspiro pícaro y sin hablar besemos nuestra existencia, hagamos el amor con cada milímetro de piel y espíritu, amemos lo relativo, lo intocable, lo interior, crucemos el universo en un parpadeo y en un chasquido de nuestros dedos volvamos día la noche.
Falla, escucha, intenta y vuelve a intentar, no hagamos caso de quienes dicen que románticos no quedan, que los locos merecen un hospital, que somos todos iguales y que ya no es lo que era, hay que volver a confiar en los astros, hay que creer en las huelgas y sus hijas, capaces, bellas, únicas. Es momento de sentarse a escribir, a componer una canción con una guitarra, con un piano, una flauta, la misma voz o las palmas contra el regazo, como si nada hubiéramos aprendido en estos tiempos vivimos llorando penas en lugar de disfrutar las tantas cosas que tenemos y no queremos ver.
Sabes que cierro la puerta de un golpe y volveré, sabes que mi puño apretado algún día se relajará, sabes bien que si me muero conmigo llevaré las mil y una noches, mi música y mi fe, sabes bien que te espero en el último segundo antes de dormir, sabes que te encuentro en mi cuello recordándome tu boca, sabes que te llevo en mi piel, tatuada con alma y con vida, saben bien que si soy quien soy, lejos estoy de serlo por mí.
Abres tus manos, recibe al día, alista tu boca, la besaré al amanecer, no tapes tus ojos, los haré sonreír.


Will.- Tigre.-

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