Serás.

Sabrás, me conformo con verte, con respirar el aire que tus labios besan, me alcanza con que me rodee el calor de tu piel de Diciembre, que me cubra la misma sombra que te cubre en un día nublado, compartir, coexistir, complementar, nacer y vivir en la misma época y que los libros en sus poemas relaten nuestro pudor al besarnos entre sueños.

Verás, me sabe mal pero desconozco el talle de tu cintura, me basta con la seguridad que me da abrazarla frente a mí; cerca, tan cerca que no quepan ni los demonios que nos atormentan, que no sepan los verdugos si somos dos o sólo uno, tan, pero tan juntos, que los callejones nos resulten avenidas y que los canales de Venecia nos parezcan océanos de bohemia.

Comprenderás que no comprenda tus silencios, que soy daltónico al mundo si el monocromo de tus ojos es arco iris en mi tormenta, manifestación en la anarquía de las pléyades. Descubrirás en mi sonrisa que entre caramelo y carabelas navegamos aguas calmas, furia absurda, ansias brutas, frutas dulces, sucia astucia.

Disculparás que muerda tus hombros sin recaudo, pero tu piel tiene la conina que adormece mis penas pero me mata como a Sócrates, eres veneno y medicina, amnesia y proteína, violenta y femenina, demonio y celestina, te llamaré causa y consecuencia, te bautizo decencia y demencia.
Pensarás en estas letras y en el absurdo de las cuerdas de la guitarra que suena, te imaginarás desnuda entre mis piernas, con uno de mis brazos en tu espalda, con mi mano en tu cadera, dibujaré con mis uñas en tu vientre un pentagrama y tu gemido será música para los oídos del deseo dormido.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario