Marfil desnudo.



Entre leer y leerme te leo y me encuentro, entre tragar amargo y besar dulce los vasos van quedando empapados, no ven la hora de encontrarse en un verbo los agujeros negros, no vemos los tiempos si miramos sinceros, versos vertiendo victorias en años de a cientos, siéntate, siempre me muevo en línea recta al sendero que me lleva a la isla de lo que quiero, siempre me fingen sonrisas los demonios de ojos negros, después se burlan de mi ignorancia que termina siendo más inteligente que la negligencia de perder primaveras maldiciendo, ser más político, ciento por siento. Vivir una vida sólo es vivirla contigo, transcurrir sin tu mano en la mía es más una pérdida de tiempo.

Una gota sobre el techo de un irresponsable, golpea, se divide y abarca, moja aquí, moja allá y mirándonos vamos mojando la frustración, corazonadas, as de espadas, un seis en los dados rojos y un alfil para su reina, cubrimos mesas y tableros, cumplimos años, sueños y ganamos apodos informales. Artistas de géneros y generaciones varias, aristas, pilares y peldaños que escalar, arañando el adoquín como decían, mamando el asfalto de las suelas pintadas de alquitrán, falacia fantástica y la lucha contra los principios y su falta, la falda y el escote, baila baila, con la pelota en los pies o los flashes en las cámaras, con la vida en la pluma y la pintura al papel, que te mire y que me mires al atardecer, que ni la braza brava queme mi piel de marfil, cárcel y clavel, duerme Cenicienta en las cenizas de Caín y Abel.

Lo bueno de la lluvia con Sol, además de la obvia suerte de la vieja desposada, es que se ven mejor las gotas en caída libre luciendo brillo y cantidad, frescura y libertad, verte llover me da ganas de verte y fin, verte reír y el cielo me acepta, canónica gracia que recubre tu piel impuntual y supernatural, sal para los fantasmas, Flores para resucitar y para mi libertad tu fórmula, un, dos, un dos tres y va, vamos de aquí para allá y en verdad no hay un rumbo que respetar, ni una historia en Gibraltar, no hay máquinas que escriban si el alma del operario no se transmite en el retumbe de las teclas, no hay futuro que no valga el pasado que habemos cruzado, alma vente a verme inundado y cuando merme la tormenta y baje la marea el cielo estará esperando para darnos su desnudez.





Tigre.-

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