De la ira al vapor.

Poesía, barajas marcadas como prueba de membresía, mixturas esperanzadoras de épocas devastadoras, maravillas de par en par, maquinitas de andar y obedecer a la verdad que Leonardo pinta en la aflicción en la mirada de Lisa mientras su sonrisa falsea sensaciones rebuscadas.
Difusas tanto como confusas mi amor tus manos reclusas de fantasías y huérfanas de caricias anestésicas, palabras especialistas cuando tu ira entre ceja y ceja mira y sientes el enfado por las maléficas historietas manifiestas en los malabares de la desbaratada utopía.

Mal sueño, realidad.

Te encuentras helada, Buenos Aires lloró la noche completa entre gritos y refucilos, mis pesadillas me permitieron verte temblar y arroparte mientras fuera un vendaval se despereza, logro dormir y el resto sólo lo conoce lo más inconsciente de mí.

Me espera café caliente en una taza blanca y decorada, la puerta del baño entrecerrada y el vapor de tu ducha caliente los vidrios de las ventanas empeñan, nos empeñamos en besar las heridas abiertas soñando con que algún día sanaran, nos enfocamos en amarnos aunque no nos dibujemos corazones e iniciales en los cristales mojados.

No llores ahora me pides, no habrá valido la pena si hoy te das por vencido cual si estuvieras maniatado, no sonrías por vergüenza solicitas, no la necesitas para mostrarme tu alegría, me llama "único" precisamente por no ser otro, me llama "Santo" por mi pasado, "Tigre" por lo alcanzado, me llama en silencio y en silencio respondo, acaricia con sus manos mi rostro y con sus mensajes secretos mi pecho, mujer de ojos pardos, mujer de dulces labios, mujer has tú de ser la fuerza de mi placer.


Tigre.-

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