Claro de miel en el rojo del azar, del As y de las gafas, nutriéndome de miradas tristes que sólo yo aprendí a encontrar, cantando bajito para no despertar a nadie, para que no me roben este instante de niñez y madurez en el que las gotas de rocío se sientan a mirarnos jugar.

Hay que afinar la pluma y clavarla en la yugular, hay que levantar la frente y mover los pies, las revanchas llegan solas y hay que estar listo para ganar, pase lo que pase, sueñes lo que sueñes, no hay lugar como una lágrima que supimos guardar para sentarse a cantar, con ganas de cantar, con ganas de escribir, con ganas de ganar y de llorar y ganas de amar y ser amado, con ganas de enseñar y ser educado. Nacimos con un emblema tatuado, una estrella, una flor o el infinito, estandarte de pasión que no muere, mi corazón, espadas y jazmines con aroma a nostalgia, Gardel, Serrat y la nona en el techo estrellado, una melodía que aunque el mundo crea terminada, no tendrá final hasta el día en que decidamos volver a volar.
Ay Luna, si pudieras en mi boca dibujar esa sonrisa que en el medio del cielo negro me muestras al momento de apagar las luces del día que está a punto de acabar...
Perdón por la demora, acá estoy.
Vamos por las 4000.
Buena vida y buenas vibras, muy pero muy buena suerte.
Will.-
Gracias por un texto así, muy bonito negri.
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