Navegar en verbos.

Detente, observa mis manos y mira al frente, sustento de fantasías, vuelve a tu trance, gimiendo como lo hacías. No dirás el nombre de Dios en vano ni esbozarás blasfemias en rituales paganos, verás mis dedos y viajarás en el lomo de un hombre armado, pecarás con él sin importar su credo o cuánto calvario conozca en tu suelo sagrado, acepta su ofrenda en la curva de tus piernas y el prólogo de un libro nostálgico, serás profesional y el recuerdo orgasmo. Huye, voltea y cierra la puerta, procura esta vez dejarme dentro y no del lado donde aún vea tus piernas, donde huela la vida y admire la belleza. Calla mis labios, ora mis salmos, adora mi canto y en la tormenta de verano fusila en un viento y un rayo, ven a mí y en el abrazo del milagro llora las penas que duermen en un vaso y bailan varadas en Borges y Sabina, duerme mientras dibujo en tu fantasma el contorno de mi travesía, una tarde cualquiera en un andén de tantos serán principio y final de un anochecer bizarro, bañados en historias dos pares de ojos han navegado, cumplido meses y aniversarios, recuerda y recuerdo, la loca y el esclavo de su miedo, el loco y la mujer llena de silencios.

Me levanto y para eso mil veces me caigo, me río de mi risa, me río del llanto, me hablan de grandeza más conozco tu velo, he besado tu manto, me duermo en tu canto y despierto en desteñidos verbos arcaicos. Escribí mil frases mientras dormías, las guardé para cuando te fueras, aún en tu ausencia dentro de mis letras seguirías siendo mía y pensaste que te alejabas sólo por tomar distancia, el tiempo te diría lo equivocada que estabas, tanto así que hoy, hoy alborotamos sábanas. De Enero a Enero brindamos en copas, en vasos, tu brindaste en mi vientre, yo brindé en tu espalda. Enero ha marchado, Febrero permanece lesionado, Marzo anda rengo por tu lágri
ma y en esta partida solo pierde quien se sienta despreciado, despreocúpate, sigo sintiéndome un tipo afortunado.

Flores, Boedo y sus deudas, salta el punto, salta la banca, salta el hombre por felicidad si sonríen las estatuas. Le he pedido a las palabras que se vayan hasta que ya no pude evitarlas, es que Lola, si me faltan tus caderas me faltan las balas, sin tu ropa por el suelo escasean mis ganas, mis guitarras se duermen sin tu arrullo de madrugada. Lola, dame mueca y dame fragancia, dame astucia y dame infancia, dame de tus pulmones el suspiro y tu astucia financia, de tus brazos el enroque y entre ellos sofoca mis decisiones, huelo a vida pero de mis manos escapa, temo decirte que todo cuanto existe tiene destino en la nada, excepto tú, claro, que al estar aquí plasmada la eternidad tienes asegurada.



Tigre.-

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