Fátima y fatiga.

Te busqué, porque sin encontrarte a ti, mi lado más genuino es tan sólo un hipócrita intento por confortarme con mi versión incompleta de quién puedo ser. Te busqué, porque el espejo más transparente y fiel es el reflejo de mí en tus pupilas traviesas yendo de ojo a ojo y a mis labios mortificados, ocultos bajo la manta donde los niños ocultan sus temores y sobre la que los adultos olvidamos nuestro estrés diario y rebuscado. Te busco, con el tiempo entendí que el mejor sitio donde estar es donde tu perfume robe mi aliento y corrija mi peor comportamiento, créeme
, puedes confiar en lo que dicen mis dedos inquietos en silencio, que si no te encuentro no puedo sentirme completo.

Por eso dame una distancia y será el punto de llegada mi victoria ansiada, dame una fórmula de éxito y seré exitoso al perfeccionarla, vente con una pregunta y no me detendré hasta ser especialista en contestarla, Lola dame el placer de acariciar tu piel y me perfeccionaré en el arte de tocarla, por las mañanas, las tardes, sobre cubatas y entre comino y albahaca. Te busqué entre páginas blancas, amarillas y doradas para encontrarte de la manera menos sensata en las fantasías que tu voz desatan, átame a tus manos Fátima y en la fatiga del amanecer prematuro perderemos el tren de los arrepentimientos para embarcarnos temprano, cuando la banda aún no sonaba, en el crucero que cruza los frentes para vernos jugando a ser diferentes.



Tu mejor herida es la sonrisa y tus más bellas cicatrices tus párpados peligrosos. No hay mujer a la que no le guste mi piel ni hombre que no le suelte un cumplido a mis ropas, no hay reina que no pretenda mi corona ni tropas mi reino. No hay quien juegue limpio en eso de amar y aunque algunas olvidan eso de jugar, morir en el intento suele ser mejor opción que la condena a esperar verla volver algún día con la promesa de no volver a acobardarse, no siempre hay segunda oportunidad y cuando las hay no siempre vale igual la victoria, amor fatal, borrascoso y difícil de amaestrarlo, amor capaz de darnos un contrato a cincuenta años con el mismo demonio y nos costará la vida y el alma pero que valdrá tanto la pena que al reencarnar y ver el cielo bañado de tinta blanca por primera vez en la vida sabremos que lo hicimos y lo volveremos a hacer. Amor te escribo porque de ésta vida ya sólo me queda un tanto y tantos veranos contigo me han malacostumbrado, amor mi tiempo empieza a correr de atrás hacia adelante y es hora de empezar a agradecerte. Sé demonio de ojos negros que si es que no me alcanza la vida para pagarte por tanto y todo tan perfecto te harás un espacio en la próxima vuelta de la carrera y presentándote con otros labios y otro aroma extenderás tu contrato una que otra vida más, así es que seremos eternos amantes tú y yo, lo sabías la primera vez que me miraste, siempre lo supiste, eternamente juntos, vida tras vida, amor demonio.

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