Ausente, aunque en cada lugar.

Pueden decirme quizás que mi voz y  mi capacidad para cantar son escasas, que el aire en mis pulmones no alcanza para entonar y mantener un bemol. Pueden negar que soy un buen dibujante, que no tengo buena vista ni atención a la hora de encontrar detalles relevantes.

Puede que aseguren que no nací para escribir, que me repito y redundo más de lo que en realidad compongo, o que no tengo estilo definido por ende soy falto de actitud. Pueden hablar durante lustros sobre mis defectos o la falta de virtudes, pero gracias al cielo nadie puede negar que amo lo que hago y hago lo que amo, que el negro en mis nudillos es el grafito en mis latidos, que el óxido en mis yemas el vibrato de mis cuerdas vocales. Pues que no se diga entonces que soy, que no soy, que pretendo, que intento, pues quien sea mejor que yo que de un paso al frente y nos eduque entonces para ser mejores a su sombra y quien pueda demostrar que el pulso de mis muñecas no está lleno de pasión que lo haga y se atenga a lo siguiente, el duelo que estoy dispuesto a sostener para demostrar que en la vida pueden callar mis gritos de alegría obligándome a guardar secretos que terminan siendo tortura, que pueden hablar una resaca completa de lo que el mundo ve y quiere ver de mí, que pueden creer que el tigre no ruge como antes desde que Maro no está, pero tendrán que decírselo a los ojos a ese mismo Tigre que no quiere callar sus gruñidos, ni relajar su ceño fruncido, no mientras nadie pueda robarme el recuerdo de mi abuela, ni las sonrisas que les robé mientras lloraban esos que me dan vuelta la cara.

No, no puedo estar en dos lugares a la vez, ni puedo ser el que salve o cure la malaria o al Vesubio calmar, no seré yo quien convierta en vino agua o en pan las piedras, pero sigo dando por sus días los mejores de los míos, por sus buenas noches el desvelo de mis pupilas y el día que no esté, ese día cada uno tendrá algo que decir de este pobre artista.

No puedo estar en dos lugares a la vez, es físicamente imposible, pero puedo estar en tus sueños al llover, en tu amanecer al sonreír, en tu cuaderno al aprender y en tu espejo al volver.

Tigre.-


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