Gritos afónicos.



¡Buenas tardes/noches/días/madrugadas dependiendo de cuándo estén leyendo esto!
¿Cómo los ha tratado este tiempo en que no estuve? Espero que más que bien, sepan disculpar mi ausencia, estuve con más de un problema de salud que me impidió cumplir con ustedes, pero ya estoy de vuelta y les traje un pequeño audio conmigo, no es una lectura porque todavía no me siento tan bien como para hacerlo, pero es un cover que grabé hace un tiempo de una gran canción de Oasis, "Don't Look Back In Anger", no es la gran cosa, tiene mil errores y detalles pero es algo y peor es nada :).

Espero también disfruten el texto, prometo no demorarme tanto para el próximo y además subir el audio de la lectura correspondiente al siguiente post.

Buena semana, buenas vibras, muy pero muy buena onda y vamos, que todo es menos duro cuando uno sonríe.





Gritos afónicos.

De lo que fui me queda un anecdotario, de lo que fui me sobran cicatrices, me faltan tantos y me sobra llanto, de lo que fui tengo un prontuario, tengo azafrán y barro, tengo sal en la piel y a los pies miel, de lo que fui lo mejor guardo, el resto he preferido cambiarlo, es que lo que fui es lo que soy, como seré lo que soy después de haber sido, tanto he cambiando y sin embargo sigo balbuceando, nunca aprendí a decir maldad, nunca supe ser buen villano, nunca quise verte partir, nunca deseé que sufrieras por mí, que lloraras por tí.


Lo que aprendí lo llevo en un llavero guardado, de donde salí traigo en la sangre los colores, de donde por primera vez la vi no tengo ya ni su polvo ni sus pastos, pero he llegado hasta aquí sin contar como antes los pasos.


Tengo mi guitarra que me abraza cuando menos quiero abrazar, me envuelve en sus aspectos y me obliga a permanecer en entre ella sus redes, cuando quiero gritar distorsiona mi capacidad y gime en un alarido agudo, alto y prolongado, como el sexo en su mayor esplendor, la ira al llegar a su punto máximo o durante la tormenta y bajo la lluvia aquel grito de dolor mirando al cielo, brazos abiertos, puños cerrados y afonía.

Miro la música, veo sentidos, miro la espina, le saco filo, veo el cigarrillo, pero ya no bebo su licor por más que me ahogue la sed, ¿Cuál es tu actitud frente a la vida? Me dicen mis piernas, sienten mi paso apesadumbrado, odian la apatía con la que ando.

Contraigo los dedos de mis pies, como amaneciendo, como renaciendo y vuelvo a mi andar característico, despreocupado, calmo y danzante, no pierdo mi esencia, porque soy quien siempre fui, a pesar de haber sido mi propio enemigo, he corregido mil errores, adquirido tantos más, pero al fin y al cabo el tiempo me ha vuelto a demostrar que las decisiones que he tomado algún rédito han dejado.



Nadie sabe cuántos amaneceres tiene por delante, no tenemos la certeza de cuánto queda en esta red de promesas, mas tengo algo más que en claro, saldré a sonreír al día y a la noche, bajo el Sol y bajo la lluvia cuántas veces pueda.


¿Cuántas páginas quedan en tu libro por leer? Ni tú ni yo lo sabemos, pues entonces brilla mujer, que ya no tengo estrellas que regalar, ni las mías me han quedado, sé tu propia estrella, sé estrella de los náufragos y huérfanos de astros, sé lucero, sé constelación, estalla en supernova o muere cálida, inmensa y vital como el Sol, pero no te conviertas en esclava de la solitud en un universo completo para tí.

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