Juegos sin prisa, textos sin calma.


Un tibio capricho aturdido por los colores, almas rojas de pasión, espadas negras y tréboles sin suerte. Milagros a último momento, pálpitos desencajados, llovizna dorada y muecas ilegibles, ya no te burlas de mí destino, no sabías que la suerte de mi lado estaría. Una, dos, tres y chance, cuatro e indiferencia, el quinto respingo.
Niebla y duda sobre el verde, proyecto y ensimismamiento sobre los ojos de la noche, culpa nuestra, suerte ajena, risas y llantos entre lo que brilla y no es oro, la suerte tiene un sabor dulce y pardo, aunque no se trate de miel.
Llueve cólera, nacen redes, matemáticas baratas y misterios crueles, déjame pasar esta noche contigo, déjame beber de tu ombligo y tu mente, hacer con tu vientre un puente y alcanzar la cima de este tango penitente.
No apuestes si las letras no se entienden, no juegues si la ira te corrompe, no vuelvas si tus cartas no te sienten, no vueles si las escaleras no alcanzan el cielo ni huyas si tus ases juegan con la muerte, no extrañes, no lamentes, que en este Póker ausente, en este ritual decadente, ¿Acaso no está claro? No hay galeras ni conejos, ni bellas ni durmientes, sólo los besos tristes de un futuro prepotente.



Texto simple, mas no corriente, texto improvisado y sin correcciones ni modificaciones.

Que lo disfruten, muy buen inicio de semana a todos ustedes.

Tigre.- Will.-

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