Dones globales.

Vivas, nuestras, como balas, extranjeras, antiguas, mutadas, armas, excusas, malvadas, sagradas.
Lenguas, individuales, únicas, personales, milenarias o sin estrenar, nuestra llave y nuestra celda si hablamos de hacer de ellas uso, nuestro calvario y nuestro secreto cuando decidimos callar.
Imágenes, aromas, sabores, sensaciones e incluso cosas que aún no se han creado, la lengua y su capacidad de explicar desde la misma nada, un color, una razón, una idea.
Palabras bastardas o bien adaptadas, volátiles, enmascaradas. Palabras náufragas de un mundo despechado, palabras necias, sabias, tontas palabras.
Alza tu mano, despliega tu aura lectora y tu karma redactor, vive con el alma, expresa y ama, encuentra el reactor, el punto de fusión, aprende a hacer tus letras gemir de pasión.


Empecé a escribir, me escondía en mis propias palabras, nadie me hablaba, el mundo se me reía en la cara y yo cuando escribía era no sólo otra persona, sino que el mundo era otro, no mejor, no peor, otro, empecé a contarme mis propios días a mí mismo, hablaba con mi lado de adentro como si él no supiera qué pasaba acá afuera, empecé a contarle lo que me pasaba, lo que yo pensaba y él me decía por qué era todo tan difícil, él se animaba a contestarme lo que yo no quería reconocer, así fue que empecé a no poder parar de hacerlo, hasta que un día durante una hora de literatura una profesora nos pidió que escribiéramos algo, aquella había sido una tarde muy complicada culpa de un desamor y yo estallé en un papel, si hubiera sido otro, si hubiera optado por otra salida probablemente hubiera explotado el colegio entero, pero no, ese papel fue mi motivo, fue mi lugar, la profesora lo leyó, se levantó, salió del aula y volvió, me pidió que la vea a la hora del recreo y así fue, ella me dijo que sea lo que sea que estaba haciendo no tenía que detenerlo, que fuera lo que fuera que me hacía tenía que avanzar más y más y le expliqué que era doloroso y no quería y aún hoy reconozco su respuesta como una de las enseñanzas más importantes de mi vida, me dijo que el mundo entero sufre, día a día, pasamos la vida sintiendo cosas que no sabemos qué son, por qué hacen mal, por qué hacen bien y yo tengo la capacidad de explicarlas, porque qué mejor que sacar algo bueno de lo que duele, porque qué mejor que crear sobre algo que se desmorona, porque qué mejor que hacer magia para sanar a los que sufren tanto o más que nosotros, que no deje de escribir, porque esa era mi magia y podía hacer muy bien a muchos que sufrían como yo...

Ese día decidí empezar a escribir no sólo lo que dolía, sino todo, cómo veía mi realidad, cómo veía la vida, por qué me divierte mirar el cielo, por qué la música va mucho más adentro que mis oídos, empecé a explicar lo que me apasiona, cómo siento, cómo hago el amor y cómo lloro mientras mi exterior sonríe, empecé a respirar por las manos, a sangrar tinta y a parir textos, ese día empezó lo que deriva en esto que hoy hago con tanta dedicación y placer.
No hay que saber sacar lo que uno tiene dentro, no hay que entenderlo, simplemente hay que dejarlo salir; un segundo o una hora antes de dormir todos pensamos con nosotros mismos y no todos escuchan lo que el otro lado tiene para decir, ¿O sí? ¿Hacemos caso a ese otro lado? Casi nunca.

Ese es precisamente el artista en nosotros, él es quien tiene la verdad que deberíamos escribir, él es mi mejor y más fiel consejero, sus palabras son ácido en mis oídos, es implacable a la hora de opinar, pero tiene dos cosas contra las que nadie podría intentar competir, cien por ciento de sinceridad y la seguridad de que si a mí me duele, a él también le dolerá. Sin embargo, no le oímos, lo despreciamos, sacudimos la cabeza, nos la tapamos con la almohada e intentamos dormir, sin saber que a quién estamos ahogando es en realidad es a nuestra propia libertad.

Es una verdadera pena que nos auto censuremos formando esa estúpida idea del "No poder", es cierto que hay cosas de las que no somos capaces, pero eso no puede ser motivo suficiente para detenernos, el  infinito es nuestro, ¿Por qué no aprovecharlo?


De mí, a cada uno de ustedes, no dejen que NADA les impida intentarlo, creer en ustedes es el primer paso para vencer a los supuestos, no se encierren en una cárcel de la que sólo ustedes tienen la llave, porque a la hora de salir nadie podrá ayudarlos, brillen, como si su vida dependiera de ello, demuestren que no sólo son lo que otros pretendan que sean, exploten cada uno de sus pequeños detalles hasta volverlos un don, un placer o al menos una opción para respirar cuando ya no quede opción.

Mi contribución es ésta, mi sinceridad, mi arte, lo que amo, mi ser, acá estoy, de ustedes.

Tigre.- Will.-

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