Rompecabezas escarlata.


A la orilla de un pequeño puente de árboles caídos reposo mi cuerpo y dejo mis piernas libres balanceándose sobre la ausencia de un río que alguna vez allí durmió. Canta un ave allá a lo lejos donde no alcanzo a ver, una brisa calmada despoja mi frente del calor y una tierna palma de mi rostro seca la transpiración.

Bendita la flor roja que destaca entre los brazos de un seibo reseco y sin color, un pacto entre su esplendor y el cielo gris que contrasta e ilumina aún más las ramas a su alrededor. Una sentimental marca escarlata producto del reflejo de los astros contra su máscara plateada y el rojo de su piel acalorada.

A lo lejos y escondida entre nubarrones grises y naranjas una catedral pretende esconderse de los olvidos de pasajeros de trenes solitarios, bien cerca las piernas de mi presa se entrelazan perfecto envolviendo mi cintura como un rompecabezas terminado y me llevan a donde llega el Nirvana.

Amo, lamento, ciego y despierto, insano y perplejo, macabro y bestial, sincero y fatal, consejero y vulgar, eterno y fugaz.


Para ella.

Aún sigo siendo capaz de escribir, aunque a casi nadie le importe ya.


TIGRE.-

3 comentarios:

  1. Lindaa reflexiòn !siga asi señorito !Le mando un abrazo i un beso enorme !

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  2. Como ya te dije, a mi me importa que escribas, y mucho. Hermoso texto mi vida, al igual que el poder leerte así. Gracias por algo tan lindo como este post, Te Amo.

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