
Obvio, es que el cielo tan despejado es un paño para pintarlo, un pentagrama inmenso, un camino eterno. Quién diría noche mía que la lluvia no me mojaría, que las veloces luces en mis pupilas se reflejarían, quién diría almohada mía que las rocas nos separarían, ni insomnio ni aperitivos, una fracción de vida, un chasquido, un suspiro, el efímero instante en que los deseos aprenden a volar más allá del infinito.
Así se va una noche, habiendo sentido por un segundo que viajaba en una gota de luz.
Que maldita situació, cambiaría un millón de las luces que me mantienen despierto, por esa única luz, que entre más brille, más tranquilo y feliz me permite dormir. Gracias, por ser mi luz.
Will.-
Me encanto =)
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