Piensa, brilla, grita.

Danza, anda, danza, si hasta los tornados bailan en su paso de destrucción, andan por ahí acabando con todo, incluso ilusiones y esfuerzo, pero bailando. Querría tener tu calma y tu paciencia, el brillo de tus ojos al viajar, querría despertar y meditar entre Zaz y Edith Piaf. De los diez mil sin sentidos que lanzo despierto un millón nacen dormido, de los infinitos caminos que nos ponen en frente algunos pocos son cumplidos, ¿El resto? El resto mueren en el olvido.
De muecas y carisma pocos hombres parecen provistos, de estrellas de Galicia pocos labios han bebido. Rifles de cartón sin aire comprimido reprimen al robusto ángel del despiste, embiste a los ingenuos con tu gemido apercibido, rescinde los contratos con "Normales" y estereotipos, celebra las nupcias con aquellos que les dicen "Distintos", los amantes del destino y los detalles destellantes entre tres destellos, uno por cada centella que nació al decir "Adiós".

Juega conmigo, con mis dedos y mi vino, hablo tanto que me pierdo en llanto y vuelvo a la cordura de vestir santos, pienso tanto, pienso y canto, pienso para encontrar detalles que te cubren como mantos, los nervios de tus manos, los claros de tu disparo franco, enfrasco tu arrullo y en tus piernas me encanto. Me baño en el manantial de tu sexo para inmortalizar mi embargo, es que pierdo la noción de quien soy cuando te vistes de blanco, es que pienso que no puedo pensar cuando desvistes mi tacto, descalza o con tacos, despierta y en pausa, contrato y contacto, con tierra o asfalto, con culpa y con cargo.

Fueron instantes de gloria, fueron gloriosos y exactos, te veo moverte y te tengo por siempre, te meces tan pulcra que ensucias mi mente, inerte o inquieta  me vuelves demente, ay vida mía, tu cuerpo es mi muerte. Si bebo es por ti, tentado a verte, me tientan tus labios, besar tu frente, quiero acariciar tu aura como así tu carácter rígido y postura displicente. Tras tus cortinas dejaré mi perfume y susurrarás mi nombre como siempre, ausente en cuerpo pero no en tus senos, sincero en extremo y feliz en tu infierno, veré tus muslos en invierno y permaneceré como un demonio tierno, a la espera de morder tu cuello y besar tu vientre, sudor, calma, tortura incandescente, abre los pliegues de tu psiquis, apaga las luces de tu puente, esta noche seré cordero en tu prado y Tigre en tus ganas de tenerme.

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