Santa lágrima entre el acero de las cuerdas, santa calma en el arrullo de una caja de madera. Santa la bohemia que nos desvela para musicalizar la inundación, el hambre y las faltas.
Ímpetu circular y brillante que refleja las ganas y la fuerza que a veces es escasa. Sonidos que gustan o no, pero siempre salen del alma, los que se fueron, nos dejaron en la voz, en las manos y en el alma, la magia que hoy
se despliega por el pentagrama, los que quedaron hoy nos hamacan mientras le cantamos a Minerva.

se despliega por el pentagrama, los que quedaron hoy nos hamacan mientras le cantamos a Minerva.
Nada hay en esta pieza que no haya sido antes adorado, no hay nuevas o controversiales obras, ni habilidades de esas que destacan, solo hay alma, pasión y sensaciones de esas que se palpan.
Hoy sé que podrían estar orgullosos, o que podrían sentir vergüenza de la ajena. Poco importa mientras hoy en mi primavera personal, siga dando vueltas una nota recién lograda.
Me vestiré de músico por un instante, y gritaré al mundo que he vencido a la nostalgia.
Will.-