A veces siento que me obligan a dormir... Me siento como antes de alcanzar la adolescencia, cuando se me ordenaba "ir a la cama", apagar todo y simplemente dormir. A veces siento volver atrás, como cuando no era menos que mucho menor que hoy. A veces recuerdo cuando me condenaban al exilio de las sábanas, confinado a ocultarme de la luz y los sonidos. A veces sonrío cuando pienso en cómo tomaba de debajo de mi almohada una linterna de bolsillo que casi no alumbraba, un puñado de soldados de plástico y me escabullía bajo las mantas; creaba una cúpula de tela de la cual la luz no pudiera salir y así, cuidadosamente para no hacer ruido ni moverme sospechosamente jugaba felizmente. Entre batallas apagaba mi luz para hacer la ronda de guardia, dando una profunda bocanada al aire puro de fuera y verificando la situación hasta que se callaran los secretos, se alejaran los fantasmas y se durmieran los carceleros.
Otra vez los mismos miedos, el mismo silencio y más secretos, cada vez más fantasmas que no me dejan dormir y carceleros llamados pasado y temor, hermanos en la lucha por mantener mis ojos abiertos me persiguen entre bostezos y quejidos.
A veces pienso en las cosas que me dejó aquel periodo de reclusión, hoy aún recuerdo textos que empecé a tejer en aquellas noches y conforme mi vida caminó por el tiempo logré aniquilar o hacer perdurar por siempre en un papel.
A veces siento la obligación de dormir y a veces satisfacer al mundo es tan simple como sólo dejarse caer y pasar a otro mundo hasta el momento de despertar, pues mi estadía parecer ser cada vez más corta, cada vez más tortuosa y vertiginosa, me despierto con frío, transpirando, agitado y nervioso, queriendo abrazar a mis más cruenta ausencia o matar a mi más antiguo enemigo, llorando por dentro o riendo en silencio.
París puede ser muy silencioso por las noches, a veces extraño Buenos Aires, el congreso, la belleza que uno puede encontrar por allí y extraño la sensación grata de sentirme vencedor.
A veces quisiera hacer feliz al universo cerrando mis ojos y durmiendo por fin... A veces... No puedo.
Tigre.-
Gracias por compartir, por estar, por leer y por seguir.
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