Tierra, Karma y verdad.



Tomo mis llaves, mi abrigo y salgo por la puerta del frente, quisiera quedarme un ocaso más pero necesito pensar, enciendo el motor y la noche cerrada se abre por las luces del instrumental, miro fijo hacia el camino pero sin moverme, como si me preguntara a mí mismo sobre la situación, acelero despacio y de a una las ruedas dejan el césped y entran al asfalto. Me detiene un semáforo y en mi ventana una gota se derrama, la llovizna se apropia de los vidrios y en el parabrisas las luces hacen parecer todo una fugaz navidad, verde, amarillo y rojo, lo que digo, lo que pienso, lo que callo. Un bien que por mal viene, un mal que me pide como amigo que le ceda el paso y me adelanta como sabiendo que volveré.

La vi, reflejada en la esperanza que nunca pude borrar del café de mis ojos ni el almendra de su cabello en verano, la vi con los ojos abiertos y sin mirar a ningún lado, su plegaria como una oda diluscidando pistas y resolviendo el acertijo de mis dudas existenciales. El As entre los cuatros, el pleno a doble cero que apuesto a los dados, dando todo, dando tumbos pero siempre levantando al hombre que me tiende la mano cuando estoy sólo, cuando no están ellos, ni ella, ni nadie.

La vi reflejada en mis manos, la vi en el beat del fondo de mi pecho, la oí gritándole al tiempo que nos regale una noche eterna una vez en la vida a la muerte y el veneno del día a día, la vuelta es el placer de la ida, el monto de las sumas perdidas es el activo en positivo tras las merecidas píldoras de amor al alcanzar la salida, el final del tour, desde el túnel del Sur, hasta la torre azul.

El cielo estalla, se parte y el estruendo desarma en partes mi concentración, derrama charcos de cognac sin sabor sobre mi coche y los que están más allá de la espesa cortina de humo líquido. Entre relámpagos me veo contra la pared del aguacero torrencial, dónde está uno mismo cuando más se lo necesita, cuando se está en el fondo del estanque sin ser capaz de nadar. Donde siempre, tras mi espalda, gritándome que no deje de mover mis piernas y brazos, que no deje de luchar por volver a la realidad, acompañado de ella que me mantiene vivo en silencio, sin necesidad de gritar ni luchar por mí, compañera y fiel, como desde el principio del temporal.

No miré los espejos, no estoy perdido, no crucé los dedos, no necesito el consuelo de la suerte, giré, cambié de carril y ya estaba otra vez en la senda correcta, la que me lleva a sus brazos y me trae a mí, el hombre que intento ser, de nuevo a la Tierra, al Karma y la verdad, a ella, su incondicional majestuosidad y nuestra realidad, somos la luz y el sonido, el relámpago y el trueno, la verás brillar en un estallido y tras de su luz oirás un rugido que te hará temblar, para que no olvides que cuando uno está, el otro estará detrás.


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Tigre

Con el aire no basta.

Dame algo para escribir, dame luz, dame paz, dame algo que me ayude a vivir.
Dame algo que me baje de esta cruz, dame aire, dame algo que me permita seguir.
Dame lo que sea si es que viene de tí, dame eso que me haga sentir.
Sentirme vivo no es ser feliz, dame vida, necesito vivir.

Dame un pez que se haga dragon al llegar a tí, déjame alcanzarte, déjame amarte, amar es vivir.
Dame pulsos para mi corazón en Fa Menor, dame ritmo, dame elixir de vida.
Dame música para bailar cuando los espectros enmudezcan el tercer acto, déjame vivir.
No me niegues el tatuaje que la golondrina pintó en tu última década, dame una de cada seis esquinas.
Dame una moraleja para mi fruta prohibida y dame permisos, permíteme vivir.
Dame los libros que mi padre nunca escribió, dame frenéticos momentos, dame una novela, un cuento.

Dame amor, sólo un poco de amor, dame Sol que me quema el frío los huesos, dame calor.
Dame la ilusión de los músicos callejeros, dame el imán para los aciertos y llévate la suerte para la desgracia.
Dame lo que te sobre mas no tu lástima, dame la verdad en tus brazos y bondad, dame lealtad.
Dame lo que haya dentro de la galera de tu infinidad, dame un motor nuevo, toma mi necesidad, dale libertad.

Dame locura, dame ficción, dame un guión para leer y una realidad para actuar, necesito descanzar, dame paz.
Dame una frase para comenzar, dame el grial del carpintero, dame eternidad y quédate hasta el final.
Dame rima y una nube para interpretar, dame un papel en blanco que no enloquesca la imagen de mi cantar.
Dame un verano que no madura mi soledad, dame un hervor para ablandar mi carne, dame la miel y el enjambre, dame una polaridad.

Dame lo que sea pero dame, no me dejes así sin nada para recordarte, dame una historia que contar sobre tí, dame tu recuerdo para hacerle honor, dame la vida que te llevas al dejarme, dame, dame una carcajada más, dame la llave para retenerte, no me dejes sin un adiós, dame una promesa de que me visitarás, dame más, tu ausencia es ahora texto, tu eternidad es realidad, descanza en paz.

Dame tu sonrisa para defender la mía que no siempre quiere salir, dame tu luminosidad, para no dejar de sonreír, dame tus ojos, quiero vivir.

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Gracias a los que me leen, con el alma, gracias. A los que comparten sin vergüenza alguna, gracias a los que no evitan las lágrimas si generan algo mis letras, a los que me dan texto, me inspiran y me dan ganas de no dejar de hacerlo, gracias a los que insisten en que escriba un libro. A los que me leen a escondidas, a los que releen textos viejos cada tanto, a los que no dudan en hacerme llegar sus opiniones, gracias a todos y cada uno de ustedes, de corazón.


Tigre.-

Alucina Lola.



Se fue la luz, como una mujer que te deja en el altar, se fue un mes como si tuviera alas, quedaron nuestros cuerpos aislados en un cuarto sin música ni programas, sin acomodador ni butacas, el repiqueteo de las once sobre el techo como campanadas en un pueblo fantasma, se fue nuestro uniforme y nuestro talante, varados en una pretención vacía y perdidos en un colchón morado, se fueron el loco, el sabio y el comandante al mando, nuestro barco sin control rompe hielos con un timón improvisado, se fue la cordura en un cohete a la Luna, Lola alucina, una vela ilumina y un Tigre ruge un gemido atolondrado, se puede ser feliz un trece de marzo, se puede terminar perfecto un caótico día que empezó siendo un caos, se puede iluminar un cuarto con el despojo desesperado de los pudores de otros usuarios.

Tengo las garras empapadas y desgarro las ropas de Lola mientras mis caninos de felino deshacen su decencia, pistones al máximo revuelven mi sangre hirviendo entre relámpagos y estruendo, afuera parece haber una guerra y dentro, entre las gotas de lluvia y sudor dos cuerpos físicamente dispuestos hacen las paces con la divina comedia y el infierno de un tal Dante.

No hay libros que describan lo que nuestras pieles fueron capaces de lograr en el primer palpitar de mis dedos en tus párpados, no existe ni existirá la leyenda de los amantes desterrados que encontraron la perfección del sexo en el primer grito y su constante encanto mientras los factores multiplican el producto de tantos años aguardando una décima de segundo en la que se atacaron.

Lola cuenta que pudo ver las manchas en la piel del Tigre extasiado, él dice que vio las alas de la dama que bajo sus sábanas flotaba y se alzaba entre los estallidos de luz de una tormenta fantástica. Podrán amarse u odiarse hasta el final de sus días, dirán que jamás se conocieron quizás, buscarán excusas para morir junto al otro u ocultar su enojo pero siempre sabrán que fueron un caos perfecto en el más perfecto desarrollo de los párrafos. Ella dijo que si naciera otro como él ni ese clon sería igual, él cuenta que la vio llorar cuando la primavera acabó.

De uno a otro y del otro a mí su historia transgrede los tiempos, transfiere los cuerpos y trunca los papeles, su más preciado tesoro es e recuerdo de lo que fue bajo el tejado de un cine abandonado, su mayor pecado no haber sabido encontrarse dos vidas antes para conocer el final por anticipado, o quizás, ésta historia fue cantada en el pasado y hoy sin saberlo se han reencontrado en el verso ya pintado en los muros de su refugio apasionante, desgastado, cómplice y testigo del milagro.




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Tigre.-

Envenena mis labios.



Llegaste cuando aún separaban a las diez doce suspiros de las once, caminando firme con tu paso sostenido y tu mirada de museo cerrado, pudiste haber seguido de largo, pudiste pero no, miraste mis labios con tus ojos cerrados, mutilaste los pocos pensamientos cuerdos que habitaban mi cráneo, ennegrecido el entorno sólo quedaron tú y mis instintos más bajos, insisto en el hecho de que pudiste no haber pausado tu andar, pudiste no haberme enamorado con tus extraños pasos, con tu ropa de piel de antepasado camuflando el éxtasis nunca mejor disfrazado, insisto, no podría haber evitado mirarte como hipnotizado.

Distinto de otro, un viento distinto, distrito de lo sincronizado, divertido juego de seguirnos los movimientos apercibidos, me enseñó el cronómetro a no desperdiciar las milésimas, aprovechar los clicks que gatilla tu cerebro buscando la bala perdida en tu ruleta rusa, me enseñaste a buscar tu placer por las variantes del sexismo, la cima del clima alcanzar camino a la vendimia, el prisma circular que abarrota de colores el humo del humano que escribe hipnotizado y sigue, sugiere sumas ante duras dudas de dunas o Lunas en la bruma, imprime rastros en la ruta como huellas en el césped mojado, desurbaniza terrenos monopolizados para volverte a hacer sentir a tu cuerpo un campo intacto sólo con las manos.

No sé si han sido siglos o años, pero te sigo mirando directo a los ojos, pudiera ser un poco de tiempo mucho pedir para sentir que lo efímero es un rapto de ilusión, una maniobra de algún dios para no empalagarnos con la idea de eternidad, un complejo relámpago que perdura como una idea vagando en el espacio, inconcebida, impregnada de vacío pero aún existente, tan real como la lágrima al cubrir tus palmas, como una carcajada soltada en soledad, tan real como que aún te encuentras de pie frente a mí tomando mi rostro con ambas manos a punto de envenenar mis labios con la miel que será droga durante varios espasmos.

Somnífero y canto, poesía y armas, te tengo en la mira, tengo distancia y tengo luz verde, disparo, gira la bala sobre si misma y sobre el mismo espacio que apaña ideas, creerías que he fallado al no sentir el impacto, al no ver sangre ni daño, pues no te apresures, mi fuego no quema, no hiere la piel ni astilla los huesos, va más allá de lo que ven los cirujanos o curan los humanos, mi letra llega donde nadie pueda extirparla, donde llega mi voz cuando te hablo, al fondo de tu más bello prado, el arma que enamora a los incautos.


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Tigre.-

No morirás como un vagabundo.



Sigo viajando, sigo esperando, a mi lado ella mira el paisaje, verde paisaje de cuento romántico, sus gafas obscuras amainan al Sol furioso y el viento en un revuelo de aroma a tango y flores me lanza su cabello a la cara para que éste me acaricie la piel, sonrío sintiendo el cosquilleo y parpadeo algunas veces, miro por mi ventana y escribo en el pergamino de mi mente una frase que olvidé, suspiro un susurro, susurro una infidencia y sus manos despeinan mi depresión, "Olvídame" me dijo y España quedó muda, "Envídiame" le respondí, "Envídiame pues tengo el don de morir con los recuerdos intactos, con el alma entera y el corazón en pedazos."

Volteó a ver el ocaso y una gota interrumpió su enfado, llueve con Sol, una anciana festeja, una paleta de colores se desprenden del cielo, Lola parece intacta, yo, que puedo ver más allá de sus ojos sé lo que piensa y por qué, yo que la conozco más que tantos otros retraigo mis uñas. Se giró a verme con ojos llenos de énfasis y bufando, "No puedes irte si te lo pido, no puedes dejarme si te necesito." Lanzó a discreción sobre el lago que cruzamos, la lluvia cubría el parque y los tonos volaban al Sur, "No puedes morir si te escribo, te describo y te inmortalizo, no porque no vaya a dejarte, sino porque otros tendrán la oportunidad de conocerte." y con suma limpieza aparté mi mano del volante y puse su mano sobre la herida... "Aún late, mientras lo haga no podrán separarte de mis ganas de amarte, mientras duela será tu beso lo que me mantenga con vida, cuando se detenga serás tu la encargada de que mi esencia no te deje, Lola." Y fue el tiempo y fue el clima, fue el asfalto, la tierra y las espigas, fueron las bodas, fueron los equinos, los testigos de la mirada de un hombre normal, la vida se partió para él y el mundo de ella se partió también, el precio del recuerdo eterno es el dolor eterno, si me hubieran dado un doblón por cada vez que Lola estuvo a punto de decir algo y calló sería rico, mas si fuera por cada vez que sonrió sería sólo un vagabundo.

Llegamos por la noche y Lola no logró mantenerse despierta durante el final del viaje, la arropé con mi saco de gala y la dejé que se vuelva parte su sueño de las luces escasas del camino. Apagué el motor, la noche y la cargué hasta el sofá de la sala de estar, la recosté y volvió sólo un poco a la realidad, lo suficiente para acariciar mi cuello y susurrarme su demanda "Si vas a dejarme quiero pedirte un único detalle, tu cuaderno, si es que me vuelvo perpetua en tus textos entonces cuando te vayas, cuando tu corazón diga basta, quiero tener en mis manos tu elixir de inmortalidad."...




"Mi memoria es tuya entonces, el día que parta podrás ser dueña de mis papeles y mis sentimientos. " Dijo él y así selló nuestra eternidad, me hizo no solo leyenda, sino además poseedora de mi propia inmensidad.

Así lo extraño y lo pierdo cada día, así lo mantengo con vida y mantengo mi esencia inagotable, reescribiendo el alma que dejó en mis manos.


Lola. -

Canta que la vida es frágil.




Llegará el día en que desperarás a obscuras y sonriendo, sabrás que el perfume que viste tu cuerpo sin ropas es lealtad, es lujuria pero es amor, sentirás una presión inaguantable en tu pecho recostado y relajado y cantarás.

Cantarás para que el peor sordo, el que no quiere oír, oiga tu voz, cantarás y el mundo te verá aunque no te entienda. Cantarás por los que no están, por los que se fueron y los que vendrán, cantarás y contarás la historia del hombre que no conocen los que no conocen tu voz, sonreirá tu mirada y sólo quien haya visto tu alma a través de tus ojos contigo reirá.

Cantarás la canción inédita de las mujeres que ha creado tu libertad, serás la voz del ciego que no quiere ver porque con los ojos gritarás mientras tu boca canta calma y majestuosidad. Cantarás e inundarás como la lluvia que cae a cántaros sin fuentes que lo rompan, cantarás que aún tienes tiempo y fuerzas para luchar, las canciones que dispares serán puñales para los que sufren con tu invencibilidad y será confeti para el que se regocije en tu felicidad. Así, en la absoluta celebración de la absoluta gracia dos personas cantarán la canción de la resurrección.

Cantarán sólo los héroes su cumpleaños feliz dos veces al año, una por el día que nacieron, otra por el día que se volvieron leyenda, cantarás en silencio viendo a la mujer que lo mantuvo aquí y la observarás idiotizado, besarás su ausencia como si estuviera ahí y aún sin abrir tus ojos alzarán banderas de salvación tus poros y el aroma a flor.

Cerrará un capítulo tu estrofa en la décima sílaba y en la siguiente escribirá una copla a los eclipses que el universo te regaló para verla mujer a un desierto de tí. Cantarás con las aves y con el Sol, con la Luna vestida de blanco y con la piel vestida de Abril, guiará tu afinación la ilusión de que durante el siguiente compás despertará y te besará hasta llegar a la nota inalcanzable e insostenible.

Canta, que en el infierno de mudos serás gloria y la gloria será el agua que se separa tras el diluvio universal. Canta para que tus vidas pasadas canten contigo y aunque hoy no estés vivo resucite tu pasión y letra en el pecho de los demás. Canta y así harás explotar la garganta de los que no se animan a entonar, a desafinar y a desenfundar su voz más profesional.

Un Blues, un Tango o un Rock distraerá a quien anda sin música que cantar. Cantarás historias que otros contarán en el caos o la misa dominical, canta una miseria y si la cantas con la vida se volverá dicha, en un teatro o la ducha, en la lucha o el capricho, al borde de un mirador, la proa de un navío, en la seriedad de un orador o el más crudo desvarío. Canta una decena de rezo, una docena de llantos perversos, cumple deseos de canto y conquista la tierra inconquistable, canta durante un expreso en Jerez, canta sonriendo mientras tomas un café esperando poder verlo de una vez.

Canta, la vida es una y es infiel, es imprescindible e impredecible, canta que la vida es frágil y quién sabe cuánto estaremos aquí, canta porque mientras no cantes dolerá de igual manera, pero cantando tu alrededor es más feliz. Canta queriendo ser un pez, crear un maravilloso jardín, canta y que la gente viva por ti, canta, que la vida es bella dicen, te tiene en sus días y sus noches, canta que la vida me tiene a mí para cantarte.



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Tras terminar de preparar la publicación me encuentro más que satisfecho con el texto, lo considero la mejor manera de empezar el año nuevo, espero las mejores vibras y la mejor vida vengan consigo de la mano.

Nos leemos pronto, de más está decir que sería un absoluto placer el que compartieran el texto para así darle la posibilidad a otras personas de conocer lo que hago, infinitamente gracias a los que cada vez lo hacen sin que se los pida siquiera.

BUENA VIBRA!!!!!


Tigre.-