¿Cuál sería tu pregunta?

Buena noche, tarde, mañana o cuando sea que los encuentre este pequeño texto! Hoy no es un post normal, tengo otro motivo, una solicitud en realidad.

Como saben, para los aniversarios del blog tengo costumbre de responder a la ya clásica entrevista de mi amada Naty, este año se nos hizo algo más difícil llevarla a cabo ya que ella está en Italia y la comunicación se volvió algo complicada este último tiempo, pero algo logramos conseguir, el caso es que a ella se le ocurrió que en lugar de la pregunta "Qué te preguntarías si fueras quien entrevista en lugar del entrevistado" les pida a ustedes, lectores, que colaboran con las suyas, con 3 preguntas (Como máximo, pueden ser 1 o 2) para incluir en dicho texto, por eso me gustaría que quien tenga ganas y tiempo, me envíe a guillermoaldax@hotmail.com si tienen alguna, si son muchas las que llegan elegiré algunas y las agregaré con carácter de anónimas, cada quien sabrá que es suya la respuesta correspondiente. Están TODOS/AS invitados a hacerlo, sin restricción alguna.

Muchas, muchas, muchas gracias, nos leemos el 29 cuando si todo sale bien, publique la entrevista correspondiente a este aniversario.

Buena semana tengan todos y será hasta luego! Espero sus preguntas!!!


Tigre.-

Las estrellas pizpiretas.

No equivale el grito apabullado de un pobre hombre desamorado que el de un Tigre desamparado en el medio de una jungla sin bruma. Lola lo sabe, sabe de Tigres, sabe de desamor, sabe de junglas y de conglomeración, Lola sabe que mientras sea fiel a su mar natal ni en Francia ni en un bar de Paternal podrán decirle cuán lejos puede llegar.


Pongo un banco a la entrada de un ventanal, un pedestal junto a un balcón pintado de un nevado invernal, puse las manos en el fuego por estrellas pizpiretas que vaciaron sus bolsillos a los ojos de los ricos, en los pies de panales de miel entre decenas y centenas, puse la vida en el suplicio final del orgasmo cúlmine, puse tinta y coñac en tu taza violeta.

Lola cuenta la historia del hombre que la dejó vencer en las apuestas, mientras, las estrellas cuentan cómo es dormir con los señores más amables y señores, la vendetta corre por parte de los perdedores, los ganadores son incluso los que mueren sin asumirse derrotados.

Músicos lamiendo de la inspiración que se cuela en los cordones, en las hendijas que se forman entre las baldosas por las que pasan las damas de rojo y las niñas del corso, ellas saben que el eclipse no alcanza, ellas saben que a las 4 a.m. la vida recién comienza, que el juego nunca merma si el néctar no se olvida de la abeja, que por mucho que se oculte y se camufle, siempre hay un santo cuidando su pulsera.

Tigre.-

Sueño antiguo, canción nueva

Debo pedirles perdón por la demora, estas últimas semanas sufrí la confabulación de los contras en pos de mi perjuicio, supongo muchos sabrán el por qué de mi ausencia, quienes no, ya no importa.
Quise grabarles algo para compensar el tiempo y la distacia, por eso les traigo texto y audio, para ustedes, los que aún me leen...

Para todos, mucha suerte, buenas vibras, muchas gracias!


Sueño antiguo, canción nueva.

No necesito a alguien para bailar, como no necesito Sol para amanecer; no necesito ver para creer, creo en lo que amé y no fue, en lo que nunca se dejó vencer, en lo que no tengo y extrañaré.

Reivindicar las pausas, revalorar los silencios, alimentar suspiros y ya no maquillar más llanto, dejar ir el canto, nuestra razón va en ello, el proverbio propio, moraleja antigua, kilates ingrávidos, portales apagados, no somos últimos, no somos héroes, seremos todo y nada cuando las cartas den veintiuno y el reloj las diecisiete, alguien sabe de mí, alguien ya me olvidó.

Arcas, la última fábula, el rey, el santo, la jungla vasta, basta de bastas, a tirar los dados rojos, a gritar las faltas.

Cleptómano cuando de corazones se trata, Robin Hood de miradas sin lienzos ni trazas. 

La oí cantar, recuerdo su voz por lo bajo, giró y dándome la espalda sonrió, lo sé, siempre sonríen, alborotó su cabello y salió paso a paso, nunca la tuve ni la besé, pero me siento más que satisfecho con mi desempeño, sus sueños son míos ahora y también el platónico resplandor de su alma.

La muerte me acarició la frente secando mi sudor, me arrebató el aire y mi característica calma, mas no tomó lo importante, se impuso, dejó su marca y siguió. Para ser honesto, hace años no me sonrojaban los astros como estos últimos días, supongo que debería decir “Gracias”.

La muerte no espera, no acepta monólogos impertinentes, no quiere tu dinero, no quiere tus pieles, no le importan causalidades ni la calle Baker, no quiere saber qué tanto llueve mientras duermes, o si Lola aún se estremece al besarme bajo el diluvio universal.


 Tigre.-