Genes, letras, alas.

Por qué cuando te levantás sos uno, cuando te dormís sos otro, cuando morís, sos siempre igual..

Las metáforas amorfas nacen conmigo, despiertan conmigo, mueren antes de dormir. La herencia tiene también su feliz día, la abuela y los tangos, la negra y la memoria, Serrat y la nostalgia, Sabina suma un cóctel audaz. Se sigue siendo feliz, en la salud y la enfermedad, porque preso del amor y la dedicación sigue siendo ser libre en un infinito con caderas de diosas. Y no llorás, no mamás, no afanás y sos un gil, escribís, cantás gritás extrañás, te duelen los dedos, te arden los ojos, rogás ser uno y mil. El opio abunda en el lugar, las letras y como lo dije, todo, TODO TODO, me lleva a su pelo entre mi mano corriendo, tu baile en mi inspiración, la magia que despliega en dos alas y una voz cantando, la vida en un futuro incierto, el futuro en esta composición.

Porque los genes jamás deben de negarse, Feliz día a mi viejo, porque el amor es imposible de ocultar, Felíz aniversario mi más perfecta princesa y musa, porque la historia viene escrita en la piel, buen día a todos, buena semana, buenas vibras, buena estadía en estas ciento cincuenta millones de palabras que arman día a día una maqueta de leyenda.

"Sinceramente tuyo."


Will.-

Tarde noche de ausencia.

La noche cayó, caimos en su calma, la noche cantó, y tu voz hizo eco en mi silencio. Demacrado el Sol sale mientras el tipo de la bicicleta silba un bolero desafinado, la lluvia mata afuera, corre, golpea, acá adentro no va, ni viene, no es más que música en el techo.


Los peces se te van de la mano cuando tratás de acariciarlos, se burlan, aletean y se van, vaya uno a saber dónde. Miro un tango escarchado en la vereda y canto como si supiera, le hago honor a mis raices.


Y si seis cuerdas me dicen "acariciame" y una mujer me pide agua, agua habrá, caricias sobran, y todo vibra, como cuerdas y su resonancia, como la tierra siendo golpeada por las gotas. Me quedo, contra mis ganas, con tu existencia ausente en las venas, con vos, sin nada, con vos, mi todo.

Vuelvo a escribir como me gusta, sin nada más que letras en mi cabeza, lo que genere las letras, es un caso aparte.

Will.-

Acariciame lluvia.

Agua, que te empieza a tapar y no se detiene por nada ni nadie. Del Sudeste el viento arrastra mugre y garúa, garúa adentro y afuera, sentís el alma encarnada en un anzuelo y del muelle al fondo rezás por verla una vez más. Un contenedor enorme te espera al otro lado de la puerta y sabés que la noche va a ser buenas noches y buen día, buenas tardes, y buen viaje. Inclinás la silla y dejás las piernas reposar en el vértice de la silla, tirás los dados, juntás las cartas, viajás de ida y de vuelta en una lancha sin motor, y volvés a la tierra en la que los cerdos se revuelcan y rien. El río se vuelve arroyo y vos te volvés niño, jugás a chapotear con piedritas, buscás el anillo, buscás el sentido, a tu alrededor la confianza se va desperezando, despertando, te sentís algo vacío, solo, sentís que estás hundiéndote, apretás un botón, tomás dos pastillas, las dejás bailar en la palma, y a la boca. El agua calma, el río crece, el Sol empieza a asomar con vergüenza y vos respirás el frío que te despertó con una gran noticia, o diez pequeñas, y vas despacio al pasado, al futuro. Aunque todos pidan siempre más de manera egoísta, aunque las condiciones no favorezcan, vos levantás la cara y dejás que cada gota, regalo de la tormenta, te acaricien la frente, las mejillas y los labios, y empezás a verla entre las sombras, sabiendo que no está ahí, que de hecho, ahí no hay nadie, pero llevás las manos a los bolsillos, con el cigarrillo en la boca, apoyás la espalda contra un árbol y cruzando las piernas cerrás los ojos y te dejás empapar. La actitud vuelve de a poco al exterior y como si la peor de las corrientes la arrastrara, te electrocuta en un parpadeo. Trataste de no extrañar, extrañaste, intentaste no gritar  y gritaste, y cuando era mierda en una palabra, encontraste las palabras para escapar, y por primera vez escapaste, sin mover un milímetro, sin abrir los ojos, sin dejar de sentir como el agua te congelaba mientras te cuubría. Por primera vez, como si ella fuera tu alrededor... Recordaste que tenés que matar, morir y nacer, por ella, por todos, por vos.


Desde acá, a cada lugar donde lo lean, gracias por las 2970 visitas.
Desde acá, a La Plata, gracias por la vida.
Desde acá, hasta el final, gracias por seguir ahí.




Will.- Saint.-